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Ortiz declina firmar el contrato de Mara Recatero por razones étícas

Javier Casqueiro

El concejal de Cultura, Pedro Ortiz, ha pedido al alcalde que le exima "por razones éticas" de firmar la renovación de Mara Recatero como directora adjunta del teatro Español, cargo para el que la nombró su marido, Gustavo Pérez Puig, director del teatro desde hace tres años. Ortiz le enumeró las anomalías en la gestión de este centro (contratos temporales permanentemente renovados, un millón al año en felicitaciones o pésames, 260.000 en bombones para un estreno, incompatibilidades incumplidas) y sólo fue escuchado.

El responsable de Cultura en el Ayuntamiento de Madrid asegura que toda la polémica levantada tras la renovación del contrato de Mara Recatero -al que siempre se opuso- se debe a su deseo de regularizar una serie de anomalías comprobadas en la gestión del teatro Español, y en su afán por ajustar los gastos al máximo en los actuales tiempos de crisis. Ortiz, en cualquier caso, re conoce que, salvo el caso Recatero, con anterioridad no había surgido problema alguno porque el Ayuntamiento tenía más dinero y podía soportar más gastos injustificados.El edil asume entre sus competencias delegadas por el al calde -ante la peculiaridad de las relaciones de trabajo con los actores, por ejemplo- la posibilidad de firmar contratos temporales "pero con carácter excepcional". Pérez Puig exigió para aceptar el puesto de director desembarcar con 11 colaboradores, entre ellos su esposa.

Aunque esta opción fue aceptada entonces por el alcalde Agustín Rodríguez Sahagún, el concejal intentó el pasado mes de junio normalizar la relación con estos colaboradores temporales para que cuando cumpliesen más de tres años no tuvieran que pasar a situación de fijos en el Ayuntamiento. Ortiz propuso varias alternativas, pero sobre todo una: firmar el contrato con una empresa intermedia de servicios que luego tuviera la posibilidad de subcontratar trabajos especiales con quien quisiera.

Mara Recatero, en cuanto se firme su nuevo contrato, pasará a disponer de una plaza fija en el Ayuntamiento. Su marido replicó ayer: "Ni a mí ni a Mara nos interesa perder por tres años una antigüedad de 35 y 15 años en TVE".

El concejal, además, veía razones éticas. El alcalde, José María Álvarez del Manzano, había dado instrucciones contrarias a la contratación de familiares. Ortiz pensó también en el ajuste presupuestario que le amenazaba y pidió a Pérez Puig que redujese su equipo de 11 colaboradores a sólo cuatro. El concejal mantiene que no era lógico gastar 70 millones en ese apartado cuando para todo el teatro tiene presupuestados 150 millones (es decir, era casi el 50%).

El director de teatro, tras celebrar una reunión confidencial a finales de la semana pasada con el alcalde y el propio Ortiz en la que escuchó esta y otras acusaciones, aceptó rebajar su número de colaboradores a seis. Pérez Puig niega, sin embargo, el coste que supone su equipo: "El año pasado, con las 11 personas, eran 31 millones y m¡ sueldo, y este año se quedará solo en unos 23 millones".

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El asunto del sueldo de Pérez Puig también se ha prestado a interpretaciones. El director asegura que gana medio millón de pesetas netas. El concejal eleva la cifra hasta 780.000. Ortiz indica que no ha querido entrometerse en tareas ajenas pero sí admite que le señaló a Pérez Puig unas "pautas de comportamiento" sobre temas presuntamente menores.

260.000 pesetas en bombones

El concejal señala, en este sentido, que Pérez Puig se gasta un millón de pesetas anuales (250.000 por trimestre) en felicitar el cumpleaños, el santo o enviar el pésame a distintas personalidades (las comunicaciones se han enviado a personajes populares, al Papa o a Carmen Romero, la esposa del presidente del Gobierno, tras la muerte de su madre) y que le parece demasiado dinero para un función que cumplen ya los servicios municipales de protocolo. El director argumenta que con este proyecto -"que le pareció bien hasta que se enfadó conmigo"- intenta simplemente variar la imagen del teatro en una serie de líderes de opinión.Pérez Puig también ha sido criticado por gastar 260.000 pesetas en comprar bombones para regalar durante el estreno de El tenorio o por dirigir obras fuera de Madrid cuando su contrato le exige exclusividad.

El director afirma que el gasto de 1.500 onzas de oro de chocolate corresponde al capítulo anual de atenciones protocolarias, del que nunca se ha extralimitado, y no comprende cómo puede ser cuestionado. Tampoco comparte la decisión de su concejal, que le llegó ayer por escrito, de que deje de comprar los periódicos. Y explica que para representar por España Viaje infinito de Sancho Panza pidió permiso al alcalde.

El enfrentamiento es total y las posturas dfícilmente reconciliables. "Yo soy en última instancia el que firma las autorizaciones para pagar esos gastos, y la responsabilidad jurídica es mía", declaró el edil. Ortiz desconoce cúal será el procedimiento utilizado para formalizar el nuevo contrato y prefiere no opinar sobre la catadura ética de los políticos que estampen en él su firma: "Como dijo el otro día el príncipe Felipe en la entrega de los premios Príncipe de Asturias, yo también opino que el marco de la ética en los políticos es superior al de la legalidad?"

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Sobre la firma

Javier Casqueiro
Es corresponsal político de EL PAÍS, donde lleva más de 30 años especializado en este tipo de información con distintas responsabilidades. Fue corresponsal diplomático, vivió en Washington y Rabat, se encargó del área Nacional en Cuatro y CNN+. Y en la prehistoria trabajó seis años en La Voz de Galicia. Colabora en tertulias de radio y televisión.

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