Los incendios quemaron en julio una superficie 12 veces menor que en el mismo mes de 1991
En julio se quemaron 4.800 hectáreas en España (2.000 de ellas arboladas), lo que supone un terreno 12 veces menor que el que se incendió el año pasado en ese mismo mes.Haciendo sumas, en los siete primeros meses de 1992 han ardido unas 49.000 hectáreas en España (17.500 arboladas), poco más de la mitad de las que se incendiaron en el mismo periodo en 1991, y menos de la cuarta parte de las arrasadas en 1989. El número de incendios, sin embargo, ha crecido respecto al año pasado de 4.754 a 5.705,. lo que, según el leona, indica que las imprudencias de la gente no disminuyen.
Las explicaciones a estos datos hay que buscarlas, según Ricardo Vélez, jefe del servicio contra incendios del Icona, en que el invierno fue muy seco y se produjeron muchos pequeños incendios en la zona norte por la quema de sierras y pastos. De ahí que en las estadísticas aparezcan, junto con Huelva, las comunidades de Cantabria y Asturias y la provincia de León como las más castigadas hasta ahora por las llamas. En junio y julio, por el contrario, las hectáreas quemadas han sido muy pocas, principalmente porque las condiciones climatológicas han ayudado.
Vélez explica que las lluvias de junio y la primera quincena de julio en la mitad norte de la Península han evitado muchos fuegos y han hecho crecer hierba verde y musgo, que sirven de protección contra las llamas en las zonas de montaña. Las previsiones para agosto no son tan optimistas, porque esa misma hierba, muy abundante, puede convertirse, una vez seca, en todo lo contrario: pólvora. "Heinos tenido también la suerte de que los vientos nos han sido favorables", sigue Vélez. "En la Comunidad Valenciana apenas ha habido viento de poniente, ni tramontana en Cataluña, que son los que ponen estas áreas al rojo vivo. Además, este año las tormentas vienen casi siempre con algo de agua. El año pasado eran todas secas, y fueron las causantes de grandes incendios en Aragón y Extremadura".
El milagro catalán
El jefe de servicio de agentes forestales de Cataluña, José Garriga, no cabe de gozo. Cree que es todo un milagro que entre junio y julio sólo se hayan quemado dos hectáreas arboladas y nueve no arboladas en toda Cataluña. "La naturaleza ha ayudado", dice, "pero el hombre también ha hecho, ¿eh?. Destaca la red de 79 puntos permanentes de vigilancia y un sistema informático muy perfeccionado que permite tomar decisiones inmediatas. El mayor incendio en esta comunidad ha sido el que afectó ayer a 10 hectáreas de bosque en Torrelles de Foix (Barcelona).
Ricardo Vélez, aunque advierte y subraya que en estas cuestiones. nunca hay que cantar victoria, si cree que los sistemas de prevención y extinción ya puestos en marcha el año pasado están dando algún resultado positivo. "En la mitad sur de España, la sequía ha estado presente.todos estos meses y, sin embargo, no ha habido grandes incendios". De hecho, el cuarto suroccidental de la Península es el único que durante todo julio presentó un riesgo alto o extremo de incendios. "La brigada especial que tenemos en el norte de Huelva ha tenido muchas actuaciones, ha salido todos los días", dice Vélez. En Andalucía, las hectáreas envueltas en llamas en junio y julio han pasado de las 15.000 de 1991 a las 2.300 en este año. Sin embargo, la Junta de Andalucía ha observado que el número de incendios por negligencias está aumentando estrepitosamente: ha pasado del 20% en 1991 al 34% en 1992.
Santiago Marraco, director general del Icona, cree que el dato de que haya habido mil incendios más, aunque se haya quemado mucho menos terreno, indica algo muy revelador: "El comportamiento de los ciudadanos con las cerillas.no ha mejorado nada en absoluto". El Icona estima que el 80% de los incendios en España se produce por negligencias.
Hasta ahora, el incendio más importante de 1992 se ha producido en el norte de Huel va, donde en mayo se quema ron 2.000 hectáreas. Quizá el más llamativo haya sido el de finales de julio en la isla de Ma llorca: destruyó 300 hectáreas de pinar en una zona muy turís tica, en Calviá.
