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Una expedición intentará resolver el enigma de la muerte de Antoine de Saint-Exupéry

El autor de 'El principito' desapareció en 1944 cuando pilotaba un avión de guerra

Nadie lleva flores a la tumba del autor de El principito, y eso por la sencilla razón de que esa tumba no existe. Alcanzado por los ale, manes, víctima de un accidente o deseando poner un voluntario punto final a su existencia, Antoine de Saint-Exupéry desapareció el 31 de julio de 1944 en el sur de Francia, cuando pilotaba un avión de guerra P 38 Lightning. El próximo mes de septiembre, una costosa expedición -formada por franceses, norteamericanos y alemanes- intentará resolver el enigma de la muerte del escritor francés del siglo XX más leído en todo el mundo.

"Un día", escribió en los años cincuenta el crítico literario francés Max Pol Fouchet, "el doctor Pelissier y yo encontramos a Saint-Exupéry en uno de esos puentes que sobrevuelan algunas calles de Argel. Estaba rodeado de una veintena de niños árabes, a los que fabricaba pequeños helicópteros con papel de periódico. Lanzaba esos juguetes en el vacío, se les veía planear hacia la lejanía, desaparecer en las calles de abajo. Los niños estaban entusiasmados. Ésta es la ultima imagen que tengo del autor de El principito, ese Saint-Exupéry entre los niños".Esa imagen es la que anima a Jean-Claude Rouzaud a intentar descubrir qué ocurrió el 31 de Julio de 1944. Director general de la casa de champaña que patrocina la expedición Tras las Huellas de Saint-Exupéry, lector infatigable de El principito, apasionado de la aviación y el submarinismo, Jean-Claude Rouzaud dice: "Aunque no encontremos nada, nos daremos por satisfechos si nuestra aventura permite comunicar al gran público nuestra pasión por este hombre excepcional, por su extraordinaria obra, por su inteligencia visionaria y humanista".

Con las manos llenas

Pero Rouzaud cree que existen "bastantes posibilidades" de encontrar los restos del P 38 Lightning de Saint-Exupéry. Los expedicionarios -franceses, norteamericanos y alemanes en su mayoría- no partirán con las manos vacías. Dispondrán de aviones, helicópteros, submarinos de bolsillo, sonares, cámaras teledirigidas y toda una amplia panoplia de instrumentos modernos. Y también de la experiencia del Instituto Francés de Exploración del Mar (Ifremer), descubridor del Titanic.

Tras una década de trabajo, los investigadores, coordinados por Rouzaud, tienen una única certidumbre: el aparato del comandante Saint-Exupéry, de 44 años de edad, cayó al Mediterráneo, frente a las costas de Niza, cuando regresaba al aeródromo de Bastia tras haber realizado la misión de reconocimiento fotográfico de la región Grenoble-Annecy que le había sido confiada. Todo lo demás sigue estando en el aire.

La hipótesis mayoritaria afirma que el P 38 Lightning fue atacado y derribado por cazas alemanes. Pero los estudios de los archivos militares no han encontrado la menor, traza de actividad de la Luftwaffe en esa zona el 31 de julio de 1944. Para el historiador francés Daniel Decot, ese dato no es concluyente, puesto que, según ha descubierto, muchos pilotos alemanes estacionados en el valle del Ródano quemaron todos sus documentos antes de la llegada de los aliados.

Distintas teorías

"Tampoco puede descartarse la posibilidad de que Saint-Exupéry perdiera el conocimiento por falta de oxígeno o fuera víctima de un accidente mecánico", dice Paul Webster. Sin embargo, este periodista inglés, que en la actualidad escribe una biografía del aristócrata enamorado de la aviación y la literatura, se siente más tentado por la teoría del suicidio. "En los días anteriores a su desaparición", dice, "Saint-Exupéry estaba muy deprimido y contaba a todo el mundo que quería morir".

Su mujer, Consuelo, una salvadoreña con la que Saint Exupéry contrajo matrimonio en la ciudad francesa de Niza en 1931, pasó siete lustros antes de morir lamentando no saber dónde estaba el cuerpo de su marido. Consuelo, a quien el autor de El principito había conocido en Buenos Aires un año antes de la boda, solía decir: "Echo mucho en falta esa voz suya que reunía la libertad de la infancia y el sueño alado de los adultos".

Una secreta melancolía

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