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La fiscal del juicio de París dice que sin colaboradores "ETA no existiría"

Los abogados defensores de los 22 presuntos dirigentes y colaboradores de ETA, juzgados desde hace dos semanas en París, coincidieron ayer en afirmar que los acusados son "moneda de cambio en las relaciones hispanofrancesas" y corren el riesgo de ser "sacrificados en el altar de la razón de Estado", según expresíón de Christianne Fando.La fiscal Irene Stoller, por el contrario, ha tratado de convencer a los jueces de la importancia de la red logística desarticulada entre 1990 y 1991 y del papel de los colaboradores. "Sin ellos" afirmó Stoller, "ETA ya no existiría".

Tras la jornada de ayer, el juicio quedó visto para sentencia hasta el próximo 10 de julio. Los abogados defensores desplegaron estrategias muy diferentes. En el caso de los principales inculpados, José Javier Zabaleta, Baldo; Miguel Zarrabe; Jesús Arkauz, Josu de Mondragón; la esposa de éste, Odile Iriart, y Francois Pagoaga, abiertamente política. La fiscal pide 10 años de prisión para cada uno de los tres primeros y cuatro para las mujeres.

Sobre los restantes acusados, los defensores tratan de destacar la falta de pruebas. El abogado de los tres presuntos dirigentes, Jon González, planteó además una cuestión previa de nulídad de todas las actuaciones por defectos de forma.

Fandó intervino para defender a Mercedes Urresti Motrico, para quien la fiscal pide tres años de cárcel y prohibición de residir en Francia, acusada de recibir y alojar a los "comandos" antes de su paso en uno u otro sentido de la frontera. Urresti es una antigua amiga del fallecido dirigente de ETA Txomin Iturbe.

Defensora recusada

Fandó fue recusada como defensora por Baldo en noviembre de 1990, lo que obligó a aplazar el juicio. Poco antes, la abogada había perdido la confianza de la dirección de la organización terrorista y había sido calificada de "cáncer liquidacionista" y "sorgina" (bruja).Frente a los alegatos de la defensa, la fiscal Stoller ha insistido a los jueces sobre la trascendencia del papel de los "pequeños colaboradores", los que en el País Vasco francés prestan casas para almacenar armas o celebrar reuniones, esconden a los jefes de ETA, les ceden el coche o les sirven de chófer y traen y llevan mensajes y cartas desde o hacía territorio francés. "Y es aquí, en Francia", subrayó, "donde se ha encontrado siermpre el comité ejecutivo de ETA y donde se han ordenado los atentados".

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Stoller refutó el canto al valor y al riesgo de los dirigentes de ETA realizado por el escritor Gilles Perrault. "No se arriesgan a nada", dijo, "porque nunca participan en los atentados. Sólo los organizan y los ordenan mientras viven aquí en cómodos písos. Todo lo más, pueden ser encarcelados". La fiscal pidió a los jueces que adopten el punto de vista de las víctimas de los coches bomba.

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