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Francia celebra este fin de semana su primera Fiesta de la Poesía

Plazas y jardines serán escenario de lectura de versos

Autores y editores son los primeros sorprendidos de la buena salud de la poesía en Francia. Ni la televisión, ni el disco compacto, ni los juegos electrónicos, ni los deportes, ni tan siquiera Eurodisney impiden que 250.000 franceses se declaren lectores asiduos de versos. Para consolidar y aumentar ese contingente, Francia celebra hoy y mañana la primera Fiesta de la Poesía, una nueva iniciativa del sin par Jack Lang. Las plazas y jardines de distintas ciudades serán escenario de lectura de poemas.

Los tiempos están cambiando. En Francia, y quizá en otros países, los años noventa se parecen cada vez menos a los ochenta. Si la palabra "honestidad" sustituye a la palabra "éxito" en la escala de valores de los ciudadanos, personajes como Rimbaud y su émulo norteamericano Jim Morrison reemplazan a Madonna en el corazón de muchos jóvenes. Para comprobarlo basta con acercarse cualquier fin de semana a la tumba de Morrison en el cementerio del Pére Lachaise. Allí una muchedumbre de chavales bebe cerveza, enciende velas, pone flores, lee poemas y se besa con pasión."El fin de siglo será poético o no será", afirma alborozado Claude Roy en Le Nouvel Observateur. Roy levanta acta de "La divina sorpresa" que constituye el hecho de que los libros de poesía "se venden bien" en la patria de Rimbaud. Unos 250.000 franceses, según una reciente encuesta, se proclaman lectores de versos. Más significativo todavía: los estudiantes vuelven a este género literario y a los valores de rebeldía y sueño que representa.

"En Francia se publica mucha poesía", constata Patrick Kéchinian en Le Monde. Las grandes y pequeñas editoriales dejan pocos buenos poetas, vivos o muertos, sin publicar. No es que las ventas sean tan masivas como las de la segunda parte de Lo que el viento se llevó, pero distan de ser insignificantes. Los editores hablan de "cientos de miles" de libros poéticos vendidos cada año, y, en cualquier caso, hacen suyo el principio de Octavio Paz: "El poema que tiene 30 lectores a su nacimiento tiene 3.000 50 años después y 30.000 un siglo más tarde".

Colecciones prestigiosas

Hay en este país varias colecciones particularmente prestigiosas. Poésie, de Gallimard, cuenta con 300 títulos; Orphée, de La Différence, ha conseguido en sus tres años de existencia un catálogo de un centenar de títulos; Bouquins, de Laffont, acaba de publicar Mil y cien años de poesía francesa, una antología que comienza con ros romances de gesta medievales y termina con Jean Genet, pasando por Villon, Mallarmé, Baudelaire, Rimbaud, Lautremont, Artaud, Breton, Eluard y Leiris.Tan versado en la vida y obra de los presocráticos como en los cotilleos de Hollywood, viajero infatigable por los países del Sur, Claude-Michel Cluny, el director de Orphée, es uno de los grandes artífices del renacimiento poético en Francia. Además de editor, Cluny es también un poeta prolífico que acaba de publicar las primeras 500 páginas de su Obra poética.

En este marco, Francia celebra este fin de semana la primera Fiesta de la Poesía, promovida por Lang, ministro de Educación y Cultura, y apoyada por el Centro Pompidou, la Cinemateca el Instituto del Mundo Xrabe y otras instituciones públicas y privadas. En Marsella se celebrarán los Estados Generales de la Poesía; en Montpellier se expondrán fotos de 150 poetas contemporáneos; en París se publicará una antología de autores noveles; en Notre-Dame se homenajeará a Claudel; en Chartres, a Péguy; en Saint-Denis habrá un recital de poesía musicada; en esas y muchas otras ciudades habrá lecturas de poesía en plazas y parques.

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