_
_
_
_
_
Tribuna:
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Mártires

El arquitecto Miguel Fisac escribió días atrás en este periódico un artículo en tomo a la beatificación del fundador del Opus Del Fisac perteneció a la obra durante 20 años. Un buen día la abandonó. A raíz de ello, los altos mandos de la organización religiosa convirtieron su fuga en una tocata insufrible de coacciones y golpes bajos dirigidos a quien sólo pretendía alejarse de ellos.Un hecho recordado por Miguel Fisac estremece por su refinada perversión. Cuando su hija de seis años murió, aparecieron el día del entierro en su casa dos sacerdotes del Opus que, en lugar de rezar un responso y decirle unas palabras de consuelo, hicieron extraños aspavientos y le dieron a entender, en voz baja, que esa muerte era una de las desgracias merecidas por el socio al haber abandonado el dichoso club. "Miguel va a sufrir mucho y va a ser un desgraciado", le había augurado con sobrenatural clarividencia el fundador del Opus en una carta dirigida a Fisac a través de su confesor.

No es de extrañar que el proceso acelerado de beatificación de Escrivá, en cuyos escritos, según denuncia Fisac, abundan las falsedades y mentiras sobre la vida del disidente, se considere polémico. Convendría averiguar si también es injurioso.

Me pregunto: ¿Serán piruetas como ésta las exigidas para que el varón brinque del suelo al altar sin que se le enreden las faldas de la sotana? ¿Será prueba irrefutable de milagro la paciencia de santo Job que ha demostrado Miguel Fisac y, con él, otros emancipados y después hostigados por la guardia pretoriana de monseñor?

Sería encomiable que, si esto es así, el Vaticano no sólo beatifique a monseñor Escrivá, sino que canonice también a los numerosos mártires de su pintoresca cofradía, en el mismo acto y a la misma hora.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_