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Reportaje:

La devastación de los 'garimpeiros' brasileños

Los buscadores de oro y diamantes depredan la selva amazónica de Venezuela

En la búsqueda de oro y diamantes, los garimpeiros brasileños arrasan con todo lo que encuentran cuando invaden la selva amazónica. No saben de fronteras, ni de leyes, ni de otra autoridad que no sea la del dinero. Su acción devastadora puede compararse con la de las terribles hormigas marabuntas africanas. No les importa enfrentarse con las armas a cualquiera que se ponga en su camino, bien sea la Guardia Nacional, bien unos simples indígenas yanomanis, desatando así conflictos diplomáticos entre Venezuela y Brasil.

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El último incidente ocurrió a comienzos de este año, cuando la Guardia Nacional venezolana derribó dentro de su territorio una avioneta brasileña clandestina en la que murieron dos garimpeiros y tres resultaron heridos.Hace dos meses, la Guardia Nacional inició la Operación Parima 92 por orden del ministro de Defensa, Fernando Ochoa Antich, y del general de división del comando regional de la Guardia Nacional Fredy Maya Cardona, con el fin de expulsar a los garimpeiros que se encuentran ilegalmente en las zonas mineras de Venezuela.

Según el presidente de la Unión de Sindicatos y Asociaciones de Garimpeiros de la Amazonia (Usagal), José Altino Machado, aquéllos están operando desde los años sesenta, pero se han hecho más fuertes desde la década de los ochenta.

Durante todo este tiempo, los mineros brasileños han hecho de las suyas "sin problemas", como declaró José Altino Machado, y sin ninguna respuesta represiva contundente de los venezolanos.

Ofensiva militar

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Pero ahora, cuando las autoridades de Venezuela arremeten contra los garimpeiros lanzando bombas contra sus campamentos y destruyendo sus numerosas pistas clandestinas, la cancillería de Brasilia contesta con la ofensiva de la Guardia Nacional venezolana y le pide que suspenda su operación, además de una indemnización por la avioneta caída, según versiones del sindicato minero.La relación entre las cancillerías venezolana y brasileña, sinprecedente histórico alguno, han llegado a deteriorarse por causa de los garimpeiros. Su depredación motivó una marcha ecológica en Caracas en 1990 con pancartas que decían "los garimpeiros o nosotros".

Ese mismo año, Donald Ramírez, presidente de la Comisión de Defensa de la Cámara de Diputados de Venezuela, acusó a la multinacional Monarch Resource Limited, con sedes en el Reino Unido, Suráfrica y otros países, de financiar las actividades de los mineros brasileños.

"Ése no sería el único interés involucrado en la extracción ilegal de oro y otros metales preciosos, pues el soporte financiero de los garimpeiros contaría con la participación de otras multinacionales y medios financieros de Brasil. Se trata, además de las empresas que operan con la aprobación del Gobierno brasileño, del proceso de colonización y desarrollo denominado Cala Norte", denunció el diputado Donald Ramírez.

Contratos millonarios

Por supuesto, su acusación fue desmentida inmediatamente por la empresa Monarch, que tiene contratos millonarios mineros en Venezuela. Sin embargo, la tensión entre los dos países continúa ahora, cuando la diplomacia venezolana trata de salir de su tradicional política de debilidad ante sus vecinos.En realidad, la cancillería venezolana ha estado a la zaga de los militares que comandan sus fuerzas armadas. El año pasado, ante la presión de las denuncias, la Guardia Nacional detuvo a 360 mineros ilegales, la mayoría de ellos brasileños, para limpiar el Amazonas de los depredadores.

Hace 20 días, justo en la secuela de la asonada militar del 14 de febrero y por instrucciones del ministro Ochoa Antich, la Guardia Nacional expulsó a 500 garimpeiros de los 1.000 que estaban operando en la sierra de Parima, en el territorio federal de Amazonas, asegurando que sólo quedaban unos 200 ó 300 por desalojar.

No obstante, la operación de hostigamiento parece que no es efectiva, pues los garimpeiros entran y salen de Venezuela cuando quieren.

En recientes informaciones procedentes de Brasil un dirigente de Usagal, José ÁIvarez da Silva, afirmó que la pista clandestina en tierra venezolana llamada Sadam Husein, a 30 kilómetros de la frontera con Brasil, destruida a raíz del incidente de la avioneta, ya está recuperada, y que los garimpeiros están descendiendo de la sierra de Parima, donde se han mantenido escondidos, para volver a buscar oro en los lechos y márgenes de los ríos venezolanos.

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