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Eficacia del PP: del dicho al hecho

JUAN BARRANCOLa promesa del Partido Popular de reducir los impuestos y mejorar la eficacia en la gestión es puesta en entredicho por el autor a la vista de la línea seguida por los responsables del Ayuntamiento de Madrid, una de las administraciones más importantes controladas por la formación conservadora.

La credibilidad de una formación política se va formando en el tiempo, a través de diversos factores e indicadores: la bondad de sus programas, la credibilidad personal de sus líderes..., pero sobre todo por su comportamiento, por sus hechos.La última convención del Partido Popular ha centrado su mensaje fundamentalmente en la promesa de reducir los impuestos y en la eficacia en la gestión. Si tomamos una muestra tan representativa como es el Ayuntamiento de Madrid, una de las administraciones más importantes en las que gobierna con mayoría absoluta la formación conservadora, podremos observar cómo del dicho al hecho hay un amplísimo trecho. Me referiré en este caso tan sólo a la política impositiva.

¿Reducción de los impuestos? En las ordenanzas fiscales aprobadas para 1992, las cuotas de los dos principales impuestos locales, el impuesto sobre bienes inmuebles (IBI) y el de actividades económicas (IAE), han crecido, respectivamente, un 13% para todos los casos el primero y un 60% de media el segundo. La subida del IBI en un 13% supone más del doble de la tasa de inflación. La explicación dada a la subida del IAE tiene delito: ante las dificultades previstas en la gestión del nuevo impuesto, se pretende que los que paguen lo hagan por ellos y por aquellos sujetos pasivos a los que la Administración tributaria no puede llegar. Pues bien, si de la aprobación de las ordenanzas fiscales no llegamos a otra conclusión que la prometida reducción de la presión fiscal, también prometida en la campaña electoral local, es sencillamente una falsedad. La otra gran promesa, la eficacia, lo es también. Y sigo refiriéndome a la gestión tributaria.

Los resultados provisionales de la liquidación del estado de ingresos de los presupuestos de 1991 indican que varios de los ingresos propios del Ayuntamiento han tenido un bajísimo nivel de ejecución y que, paradójicamente, tan sólo los mayores ingresos percibidos de la Administración central del Estado podrán compensar la poca eficacia en la gestión tributaría propia.

En efecto, en el impuesto sobre bienes inmuebles y en el incremento de valor de los terrenos (plusvalía) se han recaudado un 63,8% y un 28,6%, respectivamente, sobre lo presupuestado. Si a lo presupuestado le restásemos los 8.000 millones que dieron de baja, tras un intento en el ejercicio anterior de una subida impositiva insólita y sin antecedentes en nuestra vida municipal, los porcentajes quedarían igualmente como unos mediocres resultados.

Enajenación de suelo

A ello habrá que añadir los datos de la gestión de la enajenación de suelo para financiación de la Gerencia de Urbanismo. Un 16,2% de derechos reconocidos sobre el total de lo previsto pone de manifiesto la pretendida eficacia gestora del Partido Popular en el primer Ayuntamiento español.

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Y, por último, la dirección nacional del Partido Popular lanza una acusación general al Gobierno de la nación sobre la falta de control del Parlamento de las modificaciones del presupuesto, "reprochando a los socialistas que modificaran la ley de presupuestos para permitir al Gobierno traspasar créditos entre secciones, capítulos y conceptos de esa ley con absoluta libertad".

La calle de Génova quiere desconocer que en el Ayuntamiento de Madrid el Partido Popular ha fijado unas bases de ejecución de los presupuestos pata 1992 donde todas las modificaciones de créditos presupuestarias, con la excepción de los explícitamente obligados por ley (Créditos extraordinarios, bajas por reducción o anulación, etcétera), se han hurtado al pleno municipal para aprobarse exclusivamente por la comisión de gobierno monocolor del Partido Popular, eliminando así los controles que siempre han existido en el Ayuntamiento de Madrid.

es portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid.

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