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Gobierno ha concedido este año más permisos navideños que nunca a los presos etarras

El número de presos de la organización terrorista ETA que han disfrutado permisos en sus domicilios durante las fiestas de Navidad ha sido superior al de años anteriores, según informan fuentes oficiales. Entre los beneficiarios hay, además, presos "con importantes condenas". Muchos han regresado ya a las cárceles y otros lo harán en los próximos días. Los permisos se conceden a aquellos reclusos que mantienen una actitud de mayor distanciamiento de las consignas de la organización y pretenden, según las mismas fuentes, facilitar el contacto con las familias y con el entorno social.

Los permisos navideños forman parte de la nueva política penitenciaria frente a los internos de la organización terrorista puesta en marcha hace años, que combina la dispersión y la reclasificación según el grado de alejamiento de las consignas de ETA. Aunque las fuentes informantes no han precisado el número de presos con permisos, señalaron que ha sido más elevado que el año anterior y entre los beneficiarios han sido incluidos "cualificados" miembros del colectivo. ,La concesión de permisos navideños a un número significativo de internos de ETA se inició hace dos años. Según medios nacionalistas vinculados a las ofertas de reinserción social, unos 65 pudieron abandonar las prisiones para pasar las fiestas de fin de año con sus familias, unos por haber concluido su condena y otros con permisos especiales. El año pasado, Instituciones Penitenciarias no ofreció ninguna cifra.

La actitud de discreción fue motivada por una polémica que estalló a primeros de diciembre en torno a unas declaraciones de Antoni Asunción, entonces director general y ahora secretario general de Instituciones Penitenciarias. Asunción dijo en Bilbao que muchos presos de ETA pasarían las navidades en casa si las Gestoras Pro Amnistía no lo entorpecían. Añadió que incluso a internos condenados por delitos de sangre "la legislación actual no les impide su vuelta a la sociedad con normalidad".

Estas palabras fueron acompañadas de una referencia al preso de Nanclares de la Oca (Álava) Isidro Etxabe Urrestrilla, condenado por varios delitos de sangre y al que se atribuía en aquellas semanas un documento fuertemente crítico hacia la dirección de la organización terrorista. Sectores conservadores atacaron a Asunción y creyeron ver en sus palabras el anticipo de medidas de gracia para presos condenados por delitos de sangre, teóricamente marginados hasta entonces de la posibilidad de conseguir la reinserción.

Ventajas para la paz

La controversia y los ataques a Asunción y al entonces ministro de Justicia, Enrique Múgica, motivaron una extrema prudencia de Instituciones Penitenciarias. Como consecuencia, sobre los permisos navideños no se facilitó información.El abandono de las prisiones durante unos días por los reclusos de la organización terrorista más alejados de la disciplina de ETA es beneficiosa para la pacificación del País Vasco según fuentes oficiales, además de servir al objetivo penitenciario de la reinserción de los internos. Los permisos facilitan el contacto con la realidad social vasca y propician una ruptura del férreo aislamiento informativo y político que ETA pretende imponer a sus presos.

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Este aislamiento, según esas fuentes, es decisivo para cultivar el espíritu de resistencia numantina y el sentimiento de pertenencia a ultranza a un colectivo, sin ningún margen de decisión individual. "Los presos que ya no están fanatizados al máximo", añaden las fuentes, "se encuentran en sus casas y en la calle con amigos, vecinos y familiares que les hablan de un país muy distinto al país imaginario, en perpetua guerra de liberación, de los panfletos de ETA".. La concesión de permisos este año ha sido precedida por la difusión de la actitud de rebeldía frente a la dirección de ETA de dos presos importantes del colectivo, Isidro Etxabe y Jon Urrutia. Ambos pertenecen a la vieja guardia y gozan, sobre todo el primero, de prestigio entre sus compañeros. Etxabe lleva 10 años en prisión, y Urrutia, 11.

Tras la difusión, el pasado diciembre, de sus conversaciones, en las que arremetían con dureza contra la dirección de ETA, los dos presos expresaron su disposición a aceptar la reclasificación en el tercer grado. En ese grado, los presos, si encuentran un trabajo fuera de la prisión, pueden abandonar a diario la cárcel y volver sólo para dormir.

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