Shamir pide a Bush que renuncie a Washington para reanudar la conferencia de paz.
El primer ministro israelí, Isaac Shamir, pidió ayer al presidente estadounidense, George Bush, que reconsidere la propuesta de reanudar el próximo día 4 las conversacíones israelo-árabes en Washington. Shamir vive la decisión unilateral de Bush como una afrenta personal y una humillación a Israel -y hasta pudiera ser, según algunos analistas, que a últimna hora se plantara ante Washington. Lo que está claro es que al Gobierno israelí no va a responder hoy a la invitación de Bush, a pesar de la petición del presidente de que las respuestas deben llegar hoy a más tardar.
Precisamente ha sido este límite temporal lo que ha puesto en el disparadero al Gobierno israelí, que en su reunión de ayer habló sin ambages de ultimátum. "La conducta de los americanos no sólo no, va a hacer avanzar el proceso de paz, sino que lo va a socavar", dijo Roni Milo, ministro de la policía y hombre muy próximo a Shamir. El primer ministro declaró nada más descender del avión que le trajo de su visita de diez días a Estados Unidos que había pedido al presidente que reconsiderara un cambio en el lugar en que se ha de celebrar la nueva ronda negociadora. El Gobierno se reunirá el miércoles y entonces dará su respuesta a la invitación de Bush.La prensa israelí se solidariza, en términos generales, con la indignación manifestada por varios ministros, pero advierte contra la tentación de romper las negociaciones. Tal es el criterio de Maariv y de Yedioth Aharonoth, leídos por más del 85% de los israelíes.
"La imposición, horas antes de la entrevista de Bush con Shamir, de una fecha y un lugar para la próxima ronda de conversaciones bilaterales es un diktat indamisible en las relaciones entre los dos países... pero esta cuestión técnica no debe llevar a Israel a ofuscarse y no es razón para hacer estallar el proceso de paz", escribe Maariv. "El ciudadano israelí apoyará al Gobierno si antes de entrar en el orden del día reacciona a esta bofetada al honor de Israel. Pero no le perdonará si a causa de una cuestión secundaria, como es el lugar de las negociaciones, provoca el parón de las conversaciones" señala Yédioth Aharonoth.
El dilema de Shamir
En el aire está la cuestión de si Shamír puede rechazar la invitación de Bush y si va a rechazarla. Los analistas políticos de Jerusalén no lo descartan. El primer ministro se siente humillado y acorralado por la Casa Blanca. La entrevista que mantuvieron Bush y Shamir no hizo sino evidenciar la incomprensión mutua y la distancia entre ambos. Bush sospecha que Shamir desea prolongar todo lo que sea posible las discusiones procedimentales y Shamir sospecha que Bush pretende forzar a Isreal a entrar inmediatamente en la cuestión de fondo de los problemas territoriales en las negociaciones con árabes y palestinos. A esto viene a añadirse la antipatía personal que se profesan y que el tiempo no hace más que acentuar.
Sin embargo, Shamir no responderá con un no seco y sin matices, según algunos analistas, porque ello desencadenaría una crisis con EE UU que no sería comprendida por las opiniones públicas israelí y norteamericana, incluida la judía.Shamir pondrá dos condiciones a la reanudación de las discusiones en Washington el 4 de diciembre. Una es, que se discutirán sólo cuestiones de procedimiento y, en particualr, la fecha y el lugar de las negociaciones posteriores, que habrán de celebrarse o en Oriente Próximo o en un país cercano como, por ejemplo, Chipre. La otra es que en Washington se celebrará sólo una o, a lo máximo, dos rondas de conversacionés.
La alternativa a estás condiciones es que Shamir anunciará que Israel no puede someterse a dos diktats sucesivos sin poner en peligro su soberanía. Shanúr dirá que Estados Unidos hace todo lo que puede por calmar a los árabes mientras ejerce toda su presión sobre Israel y que en esas condiciones Israel no puede participar en un proceso de paz viciado por la actitud norteamericana. Después, Shamir convocará elecciones anticipadas para demostrar a Estados Unidos que el pueblo israelí apoya su política.[Mientras el Gobierno israelí agoniza la actitud a adoptar ante Washington, los palestinos ya han decidido que van a estar presentes el día 4 en la capital norteamericana y que toda su estrategia negociadora va a girar en torno a la exigencia de que Israel suspenda la ceración de nuevos asentamientos en los territorios ocupados, según ha declarado Nabil Saath, consejero de Yasir Arafat, el presidente la Organización para la Liberación de Palestina].
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