Disgusto israelí ante la nueva cita para la Conferencia de Paz impuesta por Bush
Las invitaciones para abrir la segunda etapa del proceso de Madrid en Washington el 4 de diciembre ya han sido cursadas, y, aunque se da por descontado que ninguno de los protagonistas del conflicto árabe-israelí dirá que no, casi todos optaron ayer por retrasar su respuesta. En el caso israelí, es una manera de expresar cierto disgusto a la propuesta de concentrar las negociaciones a la sombra del Departamento de Estado.
Lo que parece despertar las suspicacias de Tel Aviv es la convicción existente en el Departamento de Estado norteamericano de que la paz en Oriente Próximo pasa necesariamente por la devolución de territorios ocupados por Israel. El primer ministro Isaac Shamir trató en vano de circunscribir el diálogo con los árabes en el área del Mediterráneo oriental y le fue mal. Las negociaciones de paz iniciadas, en Madrid continuarán dentro de 10 días bajo supervisión directa de la Administración de George Bush.Las respuestas deberán estar en Washington a más tardar mañana. Jordania fue la primera en aceptar, y los palestinos parecían complacidos por la iniciativa norteamericana. El secretario de Estado James Baker había dado un plazo de dos semanas para que árabes e israelíes se pusieran de acuerdo acerca de dónde y cuándo continuar las negociaciones de paz. Washington esperó 21 días, y al constatar que incluso los aspectos más esenciales de la agenda resultaban problemáticos, distribuyó las invitaciones el viernes.
Al igual que Israel, sirios y libaneses parecían dispuestos a guardarse el sí hasta el último momento, pero nadie cree que el presidente Hafez el Asad vaya a hacer un desplante a EE UU.
Del campo palestino emergieron señales alentadoras. Aunque Hanan Ashraui, la portavoz de la delegación, se limitó a declarar que la invitación estaba siendo estudiada, ayer resultaba evidente que los palestinos irán gustosos a Washington. Ashraui dice que los palestinos acudirán con la idea de negociar una etapa de transición hacia un Estado soberano en Cisjordania y Gaza y no a discutir una simple autonomía que, según ella, es lo más que Israel está dispuesto a conceder. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP), que a pesar de estar oficialmente al margen del, proceso guía todas las acciones de la delegación presidida por Jaidar Abdul Shafi, dice que no encuentra obstáculos para continuar el proceso de Madrid en territorio norteamericano.
Un portavoz de la OLP ha pedido a EE UU "las mismas facilidades a la delegación invisible como hicieron las autoridades españolas cuando se abrió la Conferencia de Madrid". Ello hace suponer que la OLP está considerando enviar una delegación separada, al igual que en Madrid.
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