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CRISIS EN EL PAÍS VASCO

La reconversion permanente

La economía vasca sufre las consecuencias de un incompleto proceso de industrialización

Tras un periodo de cinco años de intenso crecimiento (1984-1989), la sombra de una nueva crisis ha coenzado a empañar el presente y el futuro de la economía del País Vasco. Políticos, empresarios, sindicatos y analistas coinciden en el diagnóstico: la excesiva dependencia de la industria provoca que cualquier problema en ella multiplique sus efectos sobre el conjunto de la economía vasca. Y los problemas sobre el sector industrial, tanto estructurales como de empresas en concreto, se están amontonando.Al margen del incierto futuro de dos de sus buques insignia, Acenor y Altos Hornos de Vizcaya, más de 30 empresas y de 5.000 trabajadores van a tener problemas en breve.

Esta coincidencia en cuanto al diagnóstico del delicado momento por el que atraviesa la economía vasca no se repite cuando de prever su alcance o de analizar sus causas se trata. El vicelehendakari y consejero de Industria del Gobierno vasco, Jon Azúa, considera que "definir una situación tan dificil como ésta es complicado. Decir como se está diciendo que estamos ante una segunda reconversión suena muy fuerte. Yo hablaría más de una revolución permanente que de una reconversión".Esta tesis no es compartida por los representantes sindicales. Tanto el sercretario general de ELA-STV, José Elorrieta, como el de UGT del País Vasco, Yosu Frade, coinciden en señalar que estamos ante los coletazos de una reconversión mal efectuada, que no se preocupó de regenerar el tejido industrial".

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Dejando a un lado la definición semántica de la crisis de la economía del País Vasco, el análisis de sus causas apunta en varias direcciones.

La primera y fundamental es la crisis de la industria vasca, puesto que decir economía vasca es decir industria vasca. "La dependencia del monocultivo industrial es excesiva, aunque bien racionalizada puede ser muy positiva", señala Azúa. No obstante, un simple repaso de la actual situación, tanto desde el punto de vista de la estructura del sector como de ejemplos concretos de varias de sus empresas de bandera, dan una imagen bastante exacta de la actual situación.

La dirección de Acenor acaba de presentar un plan estratégico que contempla la reducción de unos 1.800 puestos de trabajo y el recorte de producción en dos de sus plantas más conflictivas, Hernani y Llodio. Este plan ha sido fuertemente contestado tanto por la Administración vasca como por los sindicatos y ha provocado las primeras movilizaciones. El segundo caso es Altos Hornos de Vizcaya (AHV). Tras la creación del holding con Ensidesa, los rumores apuntan a que los más de 3.000 trabajadores de la cabecera de AHV pueden perder sus puestos de trabajo, lo que también ha motivado fuertes protestas.

A estos dos casos específicos le siguen en cascada los de las empresas dependientes de ellas. Además, la consejería de Industria ha detectado "más de 30 empresas de diversos sectores que acogen a más de 5.000 trabajadores atraviesan serias dificultades", según reconoce Azúa.

Problemas coyunturales

A esta crisis industrial cabe unir otros fenómenos que agravan la situación general de la economía vasca, como la coyuntura nacional e internacional, la caída del sector automovilístico, la falta de infraestructuras, la inexistencla de un sector terciario potente, la carencia de formación profesional y de los gestores y la escasa inversión foránea.

El presidente de la patronal vasca, Confebask, José María Vizcaíno, argumenta que "la coyuntura internacional está influyendo decisivamente en esta situación", aunque "tal vez el factor más decisivo es que la mayor parte de las empresas han llegado a este momento con un gran endeudamiento, debido a los altos tipos de interés vigentes en el mercado".

El vicelehendakari asegura que "desde 1982 no se recuerda un año comercial tan malo a ni vel internacional, lo que afecta gravemente a una economía con una estructura como la vasca". Además, reseña, "hemos de ser conscientes de que la economía española en general tampoco atraviesa un momento brillante. Cuando hay un mal año en España, lo hay peor en el País Vasco; y cuando hay un buen año en España, lo hay todavía mejor en el País Vasco. A pesar de todo, creo que este año creceremos cerca del 3%, algo más que a nivel nacional".

Tal vez sea de entre todos los fenómenos coyunturales la enorme recesión del sector del automóvil la que más influencia ha tenido en la economía vasca. Las grandes firmas automovilísticas no lenvantan cabeza desde hace más de un año, lo que ha repercutido directamente no ya soló en las grandes industrias, sino en las innumerables empresas de no más de 20 empleados que cubren toda la fabricación auxiliar del automóvil.

"Una de las grandes carencias de la economía vasca", señala Yosu Frade, "es la infraestructura". El máximo responsable de la UGT en el País Vasco señala que "tenemos malos accesos por vía ferroviaria, puesto que la famosa Y vasca (conexión de las tres capitales por tren) aún está pendiente; tres aeropuertos de pueblo; unos accesos por carretera malos; y un superpuerto que es una incógnita. De esta manera, dificilmente se puede desarrollar cualquier tipo de industria".

Otro de los factores que acentúan la crisis industrial es la falta de un sector terciario fuerte. En este sentido, José Elorrieta y José María Vizcaíno coinciden en que

es necesario potenciar este sector, aunque sería ¡lógico hacerlo al margen de la potenciación del tejido industrial".

Un último aspecto que reseñan los representantes de la Administración, de la empresa privada y de los sindicatos es la falta de formación tanto de trabajadores como de gestores. Azúa estima que "ha pasado la época de los grandes gestores empresariales vascos". El pres 1 dente del Grupo Coopertaivo Mondragón, Javier Mongelos, echa de menos "una mayor atención a la formación, sobre todo en los excedentes de mayor edad".

Soluciones

A pesar de este oscuro panorama, todos los interlocutores sociales piensan que "si se actúa rápidamente se evitará que el enfermo muera", como señala gráficamente Vizcaíno. Para el presidente de la patronal, la solución pasa por favorecer "la financiación de las empresas con recortes de los tipos y mejoras fiscales". Por su parte, el Gobierno vasco tiene ultimado un programa de competitividad que consiste en actuar en siete sectores de futuro o clusters: máquina herramienta, electrodomésticos, acero de alto valor añadido, embarque y manipulación, alimentación, turismo y ocio, y papel.

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