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Navarra se volcó con Induráin

Más de 20.000 personas homenajearon en su tierra al ganador del Tour

Miguel Induráin vivió ayer el multitudinario homenaje que Navarra le dedicó como ganador del Tour de Francia de 1991 en su localidad natal, Villava, y la propia capital, Pamplona. Fueron siete horas largas, desde el aterrizaje del helicóptero que le trasladó del aeropuerto madrileño de Barajas al campo de fútbol villavés, con cohetes, música, tañido de campanas y gritos de "¡Induráin, Induráin, Induráin!", hasta la recepción que se le hizo en el salón del trono del Palacio de Navarra, en cuyo libro de oro firmó el ciclista.

Pese a la alegría y al agobio de la fiesta, una prolongación de lossanfermines, Induráin se mostró sosegado y exhibió su don apacible de naturalidad, serio casi hermético. Sólo pareció algo emocionado al depositar su maillot amarillo y su último ramo de flores del Tour, el de París, en el altar de la Virgen del Rosario, la patrona de Villava. Decenas de miles de personas -más de 20.000, según datos de la Policía Municipal participaron en el homenaje al cuarto español, el más joven, y el primer navarro capaz de vencer en el Tour. Desde el presidente en funciones del Gobierno autonómico, Gabriel Urralburu, hasta el presidente de la peña Induráin, Altor David -"este día lo veíamos venir", comentaron-, pasando por el arzobispo de Pamplona, José María Cirarda, que le agrade ció "su honradez". "Miguel nos ha dado a todos el ejemplo de cómo conseguir un firme pro pósito con ánimo esforzado ante las dificultades", dijo el prelado, que luego, dirigiéndose a él, añadió: "Te esperan muchos triunfos. Espero que ninguno de ellos te haga cambiar tus virtudes fundamentales, tu gran personalidad".

La caravana del homenaje, con Induráin en un coche descubierto, colapsó Pamplona, cortada al tráfico en varias de sus arterias y con la gente en la calle y agolpada ante la sede del palacio Foral. Induráin, junto a sus compañeros de equipo, representantes del Banesto, presidentes de las federaciones deportivas navarras y de los clubes ciclistas y cicloturistas, saludó desde el balcón principal a los millares de personas que se agolpaban ante la sede del Gobierno: "Estoy contento por los empujones de ánimo que me habéis dado. Os dedico mi victoria, nuestra victoria".

Dos días de descanso en casa antes de afrontar las pruebas clásicas en España y otros puntos de Europa tendrá Induráin, que piensa y desea "seguir ganando". Sobre su futuro a medio plazo se mostró, eso sí, cauto. "Mi continuidad en el equipo Banesto no está asegurada [su contrato termina el próximo año]. Estoy bien en él. José Miguel Echávarri, el director, ha tenido mucha paciencia conmigo durante mis siete temporadas como profesional. Me ha aguantado cosas que a otros no les habría tolerado. Pero todos estamos en esta profesión para ganar dinero. Aún tenemos que hablar sobre esto", manifestó a Efe.

Antes, a su llegada a Madrid, Induráin confesó, según C. M., que hasta encontrarse en España no había podido sentir de verdad la emoción que había despertado en su país su brillante actuación en el Tour. Luego, ya en Villava, reiteró: "Este apoyo es muy importante para un deportista que está sufriendo y dándolo todo".

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