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El Ayuntamiento estudia desmontar tres veladores de la Castellana

Juan Antonio Carbajo

El Ayuntamiento de Madrid decidirá hoy si anula las tres adjudicaciones de quioscos permanentes de bebidas concedidas en octubre para el bulevar de la Castellana, entre Colón y Eduardo Dato. Los concesionarios llevan ya ocho meses atrapados por la descoordinación municipal, que no contó en el momento de la aprobación del proyecto con que cuatro acacias estaban plantadas en los emplazamientos elegidos.Los hosteleros, que han invertido ya una media de cinco millones de pesetas, acusan al Ayuntamiento de "propiciar inseguridad jurídica" y amenazan con acudir a la vía contencioso-administrativa y exigir 2.000 millones en concepto de indemnización si se anulan tales concesiones.

Para evitar que el Ayuntamiento revoque el acuerdo que permitía la construcción de los quioscos permanentes de bebidas previstos a la altura de los números 33 y 37 del paseo de la Castellana, los adjudicatarios han presentado varios proyectos alternativos, que, según ellos, no afectan a la vegetación.

La concejal delegada de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, ha declarado que la creación de tales quioscos supondría tener que arrancar cuatro árboles.

El último proyecto alternativo presentado por los concesionarios se ajusta a la vegetación de la zona y no prevé que haya que arrancar ningún árbol, según ha declarado Fernando Gutiérrez Laso, abogado de Baudillo Pajares Garrapucho, adjudicatario del quiosco número 33.

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El Ayuntamiento no advirtió que los concesionarios de los quioscos talarían 12 árboles

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El letrado Fernando Gutiérrez acusa al PP de apoyar el proyecto inicial antes de las elecciones y de rechazarlo después al conseguir la mayoría absoluta, lo que, a su juicio, quebranta el principio de seguridad jurídica, informa José A. Hernández.

Los concesionarios de estos quioscos de bebidas tenían entendido, cuando se convocó el concurso, que el Ayuntamiento pretendía resolver el habitual caos veraniego de las terrazas y veladores de temporada con la construcción de quioscos permanentes.

Los veladores, además, se levantarían según un proyecto municipal que contemplaba unas edificaciones de calidad y cierto aire tradicional -con granito, mármol y forjados- que no desentonara con el entorno.

Sólo trabas

Desde que la concesión fue aprobada en pleno, en octubre pasado, los concesionarios no han encontrado más que trabas a causa de la descoordinación municipal, según reconocen en el propio Ayuntamiento.

El principal problema es que el tamaño del quiosco previsto en el proyecto base afecta a cuatro acacias cada uno. Pero la Concejalía de Medio Ambiente no lo advirtió hasta meses después de haberse producido la concesión. Medio Ambiente no estaba en la comisión de técnicos municipales que se creó después del concurso para analizar problemas.

Por ello, los concesionarios empiezan los trabajos en el subsuelo previos a la edificación del quiosco: desviación de líneas eléctricas, bocas de riego o cables de semáforos. Son éstos, según uno de sus portavoces, los que advierten que el proyecto aprobado por el Ayuntamiento no se puede realizar sin derribar tres o cuatro acacias del paseo. Uno de ellos, incluso, presenta un proyecto alternativo que es rechazado por la comisión.

Con unos cinco millones invertidos ya en obras previas y proyectos, los concesionarios se encuentran ahora con que sus negocios están en el aire. Medio Ambiente paralizó las obras del número 15, donde se habían trasplantado dos árboles. Otras dos acacias han sido taladas en el 37. El concesionario de este quiosco ha afirmado que no tiene relación con esa tala, ya que "ni siquiera sirve para poder construir el quiosco".

La concejal de Medio Ambiente, Esperanza Aguirre, pretende tratar hoy con los presidentes de las juntas de distrito afectadas la necesidad de los quioscos.

Lo más probable, según fuentes municipales, es que decida derogar la concesión. Otra solución, redactar un proyecto nuevo que no afecte a los árboles, no sería viable, ya que, según las mismas fuentes, no lo permite el pliego de condiciones del concurso.

Así las cosas, los concesionarios, que afirman estar dispuestos a salvar los árboles e incluso a realizar nuevas plantaciones, se consideran atrapados por la descoordinación municipal. "La concejal de Medio Ambiente votó en octubre a favor de la concesión, ¿es que entonces no se enteró del proyecto?", comentaba ayer el portavoz.

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