Una sentencia impide en Francia la proyección de un filme coloreado
El Tribunal Supremo francés (Cour de Cassation) ha anulado el veredicto del tribunal de apelación de París que había autorizado en 1989 la difusión en Francia de la versión "colareada" de una película de John Huston contra la voluntad de sus herederos.
El fallo del alto tribunal se fundó en la ley de 1957 que protege los derechos de autor, en este caso relativos al filme La jungla de asfalto, rodado en blanco y negro por John Huston en 1950.
En junio de 1989, los herederos del cineasta, titulares del derecho del autor a la integridad de la obra, mostraron su oposición a un proyecto de la sociedad norteamericana Turner, dueña de los derechos patrimoniales sobre la obra. Pese a que Huston siempre se opuso al coloreado de sus películas, Turner pretendía divulgar esta versión por la cadena 5 (privada) de la televisión francesa. La ley de Estados Unidos desconoce el derecho moral del autor, similar al derecho a la integridad de la obra, en tanto que Francia lo reconoce.
Perpetuo e inalienable
El 23 de noviembre de 1988, el tribunal de París dio razón a los herederos del cineasta americano, declarando que el derecho moral del autor es en Francia "perpetuo, inalienable e imprescriptible". Esta sentencia añadía que, según la Convención universal sobre los derechos de autor, firmada en Ginebra en 1952, y ratificada por Estados Unidos y Francia, los autores de La jungla de asfalto gozan en Francia de la misma protección que los artistas franceses.El 6 de julio de 1989, el tribunal de apelaciones de París aceptó un recurso y autorizó la difusión del filme coloreado, a la vez que declaraba que los herederos de Huston no tenían ningún derecho moral sobre esta creación, y que el coloreado de la película "no había destruido ni alterado la obra en blanco y negro". Únicamente se señalaba que los telespectadores franceses debían ser informados de la oposición de los herederos del autor. El alto tribunal francés ha devuelto el caso ante el tribunal de apelaciohes de Versalles (París), que deberá sentenciar de nuevo.
