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FERIA DE SAN ISIDRO

Juan Mora: "Era feliz a tope mientras toreaba"

El diestro triunfador de la tarde, Juan Mora, se encontraba muy contento al término del festejo: "Estoy empezando a despertar del sueño y a creérmelo; soy feliz, pero no tanto como delante del toro, ahí sí que era feliz de forma absoluta, a tope". La oreja que cortó la había guardado como una reliquia: "No es para menos, pues es la primera que corto en Las Ventas después de nueve años de matador de toros".El extremeño reconocía que tras no lograr lucimiento con el segundo de la tarde, al que calificaba de buey de carretas, salió con la mayor decisión que jamás le ha echado a cualquiera de sus muchas actuaciones en esta plaza: "Fue una especie de iluminacion que me llegó de repente, no podía esperar más, y me la jugué, porque tampoco ese quinto toro era una maravilla, pues me medía los muslos e incluso una vez me enganchó, pero al menos ese animal tenía hechuras de toro bravo".

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Ese enganchón no le hizo desistir en sus intentos: "Ya había empezado a ser feliz y me emborraché toreando para mí mismo, gustándome, aunque notaba, ya plenamente metido en el sueño, los atronadores y mágicos olés del público".

Juan Mora admitía que no ha sido su mejor faena, pues recordaba otras de mayor calidad en Barcelona y Hellín (Albacete), entre otras, "pero si la más lograda en Madrid, donde sólo pinté algunos retazos, nunca un cuadro completo, como hoy".

Nuevas pruebas a Robles

Por otra parte, el neurólogo estadounidense Charles Crreen, que acaba de ver en su clínica de Miami un completísimo informe médico del estado actual de Julio Robles -el cual sigue con las piernas paralizadas desde su gravísimo pereance de agosto de 1990 en Francia- , ha ordenado que se le hagan al torero unas nuevas pruebas para emitir un dictámen definitivo sobre sus posibilidades de curación.

Fue Victoriano Valencia, apoderado de Robles, el que le llevó el informe desde México, aprovechando su reciente estancia con Ortega Cano, al que ahora apodera, y de la que regresó ayer.

Otro diestro herido, el novillero Luis de Pauloba, sigue sin recuperar la visión que perdió en el ojo izquierdo a consecuencia de la gravísima cogida que sufrió el 31 de marzo en Cuenca y que le destrozó también la boca.

Pauloba llegó ayer a Madrid desde su pueblo de Aznalcóllar (Sevilla) para un reconocimiento médico en el mismo hospital donde estuvo ingresado en la UVI antes de ser operado de las heridas en la boca. La recuperación de estas heridas es muy buena, según le dijeron ayer los médicos, pero no así la del ojo, en el cual tal vez no vuelva a recuperar la vista.

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