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El caos organizativo hizo fracasar la reunión de cineastas europeos

Bardem propone la creación de una red de salas para las películas del continente

Los 20 millones de presupuesto con que ha contado el Ayuntamiento de Madrid para reunir a una veintena de prestigiosos cineastas europeos, con objeto de elegir las 30 mejores películas de la historia, brillaron por su ausencia en el debate que sobre La situación del cine europeo tuvo lugar ayer en el Centro Cultural Conde Duque. El caos de organización se sumó a la falta de acuerdos.

El acto estuvo a punto de ser suspendido apenas media hora después de haber comenzado, por la falta de una adecuada traducción simultánea que permitiera a los participantes entenderse.Mientras que Juan Antonio Bardem criticaba duramente al ayuntamiento por su falta de previsión, el también director Antonio del Real trataba de exculpar a las autoridades municipales: "No hay problema de organización, sino de traducción. El ayuntamiento ha traido a los profesionales para votar las películas. La idea de improvisar un debate sobre la situación del cine europeo ha sido mía, y yo asumo la responsabilidad".

El concejal de Cultura, Joaquín Álvarez de Toledo, hubo de ausentarse después de una breve presentación del acto, y el debate se desarrolló sin la presencia de ningún responsable municipal.

Entre los cineastas asistentes se encontraban Richard Lester (presidente del comité de selección encargado de elegir las 30 mejores películas europeas), el portugués Manuel de Oliveira, el checoslovaco Jiri Menzel, la actriz francesa Claudine Auger, el alemán Peter Fleischmann, el británico John Schlesinger, el soviético Alexandr Ascóldov y los yugoslavos Goran Pascaljevic y Alexander Petrovic. Bernardo Bertolucci, Nastassia Kinsky o Elem Klimov, faltaron a la cita. Otros, como la realizadora sueca Mai Zetterling excusaron su asistencia por "el riesgo de intelectualización que corren los debates de este tipo".

A trancas y barrancas, algunos de los profesionales presentes consiguieron expresar sus opiniones. Todos ellos coincidieron en la necesidad de que los Gobiernos de los distintos países europeos aúnen sus esfuerzos para ayudar al cine europeo en su batalla desigual contra la industria norteamericana.

Pierre-Henri Deleau, director de la Quincena de Realizadores del Festival de Cannes, advirtió sobre la pérdida de identidad nacional que puede llegar a producirse en algunas coproducciones, y abogó por una mayor presencia del cine europeo en las televisiones públicas.

Tanto Richard Lester como los españoles Juan Antonio Bardem y Julián Marcos hicieron hincapié en los problemas de distribución del cine europeo. Bardem calificó la situación actual como "catastrófica" y propuso la creación de una red paneuropea de salas de cine para distribuir las películas de este continente. "El hecho más grave", dijo, "es que no tenemos salas para que se vean nuestros productos, porque están ocupadas por películas norteamericanas."

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