Rodrigo García presenta en Madrid su nueva obra teatral, 'Mandato horas'
"La sal no pudre los recuerdos. La memoria se guarda en infranqueables cajas de acero. Una mujer se encierra en un verdadero bunker de plomo". Estas notas sugieren el espacio escénico y la acción del último espectáculo de Rodrigo García, Matando horas, que estrena hoy en el teatro Pradillo de Madrid."La columna vertebral de mi teatro no es el texto, sino una idea a partir de la que se van configurando paralelamente todas las facetas del espectáculo", declara Rodrigo García, autor teatral nacido en Buenos Aires (1964) y establecido en Madrid desde hace cinco años. Los textos de García, "abiertos, libres y sin acotaciones", han sorprendido e interesado en el panorama teatral español desde que en 1987 obtuviera un accésit al premio de escritura teatral Marqués de Bradomín por su obra Macbeth imágenes. Este mismo premio lo volvería a conseguir en la edición de 1988 con su obra Reloj, texto que ha sido traducido y publicado en Polonia.
Matando horas, su nuevo espectáculo, está construido en torno a una mujer -interpretada por Celia Bermejo y Rosa Savoini- que se encierra en un espacio indefinido -quizá su habitación- donde una cinta transportadora, una máquina de construcción, va haciendo regresar los objetos de su memoria para reelaborar el ayer, comprenderlo, liberarse de él y poder regresar a la calle, donde le esperan los nuevos fracasos y las pequeñas victorias.
"Yo descreo de la función colectiva del teatro. Vivimos en la era de la televisión, en el refugio del hogar frente a la agotadora existencia urbana. Con el teatro, yo quiero compartir una emoción con una sola persona, no con una masa de gente", concluye Rodrigo García.
