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La cabeza de la serpiente aún es venenosa

Lo que sucede en Irak demuestra que la guerra del Golfo aún no ha terminado y que el restablecimiento de la calma y la estabilidad en la región son todavía un objetivo lejano. El sentimiento de seguridad y tranquilidad no volverá a los países del Golfo mientras este toro bravo permanezca suelto, con medios de combate y destrucción, utilizados a su deseo en inclinaciones sangrientas.Es verdad que ahora dirige algunas de las armas que le quedan, es decir, bastantes, contra sus ciudadanos para matar unos cuantos, o cientos de miles, y así permanecer en el poder en Irak, como si nada hubiera ocurrido por culpa de sus locas aventuras. Por tanto, el hecho de dejarle creer que todavía es capaz de organizar la represión le hará imaginar que puede embarcarse de nuevo en otra aventura tras el fracaso de la ocupación de Kuwait.El mundo no tendrá más remedio que culparse a sí mismo por permitir que la serpiente mantuviera su cabeza y su mordisco venenoso, creyendo que cortar su cola era suficiente para acabar con su movimiento y evitar sus demonios.

Todo demuestra que el fuego continúa latente bajo las cenizas dejadas por las explosiones de las fuerzas de la coalición. Este fuego puede reavivarse a menos que los países de la coalición adopten todas las medidas necesarias para apagar los rescoldos.

, 11 de marzo

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