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POSGUERRA EN ORIENTE PRÓXIMO

El emir de Kuwait promete a Baker más democracia

Juan Jesús Aznárez

ENVIADO ESPECIAL, Un funcionario kuwaítí comentaba, entre irónico y acertado, que el secretario de Estado norteamericano, James Baker, presenta su candidatura a la presidencia de Kuwait, únicamente podrá ser derrotado por el presidente George Bush. A este país, que besa los pies de los marines y bendice sus fusiles, llegó ayer el jefe de la diplomacia de EE UU para tratar con el primer ministro y príncipe heredero, Saad Al Salem Al Sabaj, sobre la posguerra política y física del emirato. Previamente, Baker se había entrevistado en Arabia Saudí con el emir Jaber Al Sabaj, quien le prometió que introducirá reformas democráticas en el emirato reconquistado. Baker no efectuó por sus calles el paseo triunfal que se esperaba.

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Según informan las agencias de prensa, el emir prometió ayer a Baker, durante la reunión que ambos mantuvieron en Taif, que introducirá reformas democráticas una vez que regrese a su reino, que Sadam Husein le arrebató el 2 de agosto y que la coalición internacional dirigida por Estados Unidos reconquistó a finales de febrero."Nos comprometeremos con la vía democrática conforme a lo dispuesto en la Constitución", aseguró el monarca. Esta Carta Magna, promulgada en 1962, fue suspendida en 1985, y el Parlamento se disolvió al año siguiente. Al Sabaj aseguró que el voto femenino, no previsto entonces, "será posible en el porvenir".

Tras la guerra con Irak, los kuwaitíes han incrementado sus demandas de mayor participa ción en la vida política de su país, petición a la que, de manera firme, parece haberse sumado Estados Unidos. El embajador norteamericano en Kuwait, Edward Gnehm, dijo que este sentimiento se ha extendido mucho en el emirato y que el emir se ha comprometido a moverse en esa dirección. Desmintió, además, que el jeque Al Sabaj haya caído en desgracia. "Es muy querido y respetado", señaló. "Están deseando que vuelva".

El emir aguarda en en su suite del hotel Sheraton de Taif a que sus mayordomos y ayudas de cámara terminen de colocar las alfombras rojas y las pedrerías que adornarán su derruido palacio en Kuwait City. Ayer aseguró que su retorno se ha demorado por "motivos personales", pero que se producirá la próxima semana, y que se reunirá inmediatarriente con los miembros de su Gobierno.

El enviado de Bush recorrió un paseo marítimo de 11 kilómetros y una palmera marchita cada 30 metros, importadas de Arabia Saudí a 1.500 dólares la unidad. En este malecón, con minas por retirar y alambre de espino en sus medianas, está enclavada la Embajada norteamericana con su titular al frente, Edward Gnehm, el funcionario que informará al secretario de Estado sobre la actual situación de Kuwait tras la reconquista y estudiará con él el papel que Estados Unidos puede desempeñar en el futuro de la nación.

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Uno de los aspectos más importantes de la visita será determinar la presencia militar norteamericana en el emirato y fundamentalmente en la franja de Irak que controla el Ejército multinacional. También se abordará una posible visita de Bush, quien, de hacerlo, recorrería bajo palio e incienso una ciudad abrigada por las ametralladoras de los marines y equipada día a día por los aviones Galaxy estadounidenses.

Garantías frente a Irak

Muchos kuwaitíes que pidieron la toma de Bagdad y el derrocamiento por la fuerza de Sadam Husein quieren que el territorio conquistado por la alianza multinacional en las demarcaciories de la ciudad iraquí de Safwa, de una extensión de unos tres kilómetros, sea retenido y convertido en una barrera de seguridad similar a la levantada por Israel en el interior de Líbano. Fuentes políticas indicaron que el presidente heredero solicitará de Baker garantías contra un eventual peligro iraquí por las fronteras del norte y mano dura contra el régimen de Bagdad. Entre bastidores, el Gobierno del emirato analizaría ofertas para desembarazarse de un vecino tan peligroso como Sadam.Baker arriba a un país cuyos automovilistas llevan las banderas kuwaití y norteamericana en las ventanillas de sus vehículos y donde algunos de sus habitantes con pintura blanca ha bautizado una nueva ruta en la capital: calle Bush. La participación del capital norteamericano en la reconstrucción del emirato petrolero es otro de los puntos que posiblemente sean tratados de manera tangencial. Los 100 primeros millones de dólares en contratos para la recuperación del país han sido adjudicados a empresas norteamericanas en su mayor parte, británicas, saudíes y kuwaitíes.

El nuevo motor político de la región tras la estrepitosa derrota de Irak en la guerra del golfo Pérsico, Israel y el problema palestino, figuran corno dos temas importantes en la agenda del representante de Bush. "Después de la traición palestina, la mayor parte de mis compatriotas hasta es posible que aplaudiesen la apertura de una embajada israelí en nuestro país", dice un joven ingeniero.

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