De amigo del rey a conspirador
La brillante carrera política del general Mohamed Ufkir, nacido en 1920, finalizó el mes de agosto de 1972, después de un intento fallido de regicidio, cuando el militar se suicidó en presencia de tres oficiales. Fue un oscuro incidente jamás clarificado.Delgado y alto, escondía sus ojos y sus cicatrices detrás de unas gafas oscuras. Le gustaba jugar al póquer y bebía, sobre todo en los momentos más difíciles de su vida matrimonial. Era un hombre valiente y a la vez cruel, según asegura el escritor Gilles Perrault en el libro que sobre el rey Hassan II publicó el año pasado en París.
El general Ufkir se formó en el Ejército colonial francés y se curtió en la II Guerra Mundial, en la guerra de Indochina y en las montañas del Rif, donde reprimió en los años sesenta una de las revueltas bereberes más importantes del país. En 1964 fue nombrado ministro del Interior, tras inducir y preparar un compló político cuya principal víctima fue el líder socialista Ben Barka, quien desapareció en Francia en 1965 sin dejar rastro. Fue una operación urdida por Ufkir que le valió ser condenado en rebeldía a perpetuidad por un tribunal francés.
La carrera político-militar de Ufkir llegó a su cenit en 1972, cuando se convirtió en ministro de Defensa, tras el fallido intento de golpe militar de Skirat. Recibió el encargo real de controlar el Ejército y asumió desde la cartera de Defensa los plenos poderes que le permitieron iniciar una dura represión. Pero todo se acabó el mes de agosto de aquel mismo año, cuando se le implicó en un atentado contra el avión en que viajaba el rey.
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