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Un implicado en el 'caso Brouard' dice que le forzaron a matar a un testigo

Miguel Angel López Ocaña, implicado en el asesinato del dirigente de Herri Batasuna (HB) Santiago Brouard, señaló ayer en su comparecencia ante la juez que Instruye el caso que el presunto organizador del crimen, Luis Morcillo Pinillos, le presionó para que matase a su cuñado, Alberto Granados Céspedes, para evitar que éste contase a la Justicia todo lo que sabía sobre el suceso.

López Ocaña señaló que todas sus declaraciones exculpatorias en favor de Juan José Rodríguez Díaz, El Francés, fueron realizadas siguiendo instrucciones bajo una clave denominada Omega", según el letrado de la acusación particular, Txema Montero, y bajo amenazas y dirigido por El Francés, según José Emilio Rodríguez Menéndez, defensor de Rodríguez Díaz.

López Ocaña rectificó ayer en el careo que mantuvo con el francés Jean Louls Perales ante la juez de Instrucción número 1 de Bilbao, María Isabel Durántez, su declaración de que Perales había formado parte del comando que asesinó al dirigente de HB. López Ocaña volvió a asegurar que las dos personas que asesinaron a Brouard en Bilbao en noviembre de 1984 fueron Morcillo Pinillos y él.

En su declaración de ayer, López Ocaña indicó que Granados Céspedes fue víctima de un intento de envenenamiento antes de ser asesinado por él. Montero explicó al término de la declaración, que duró cuatro horas, que Granados Céspedes fue trasladado a un chalé de Juan José Rodríguez en Madrid, "donde pasó la convalecencia del intento de envenenamiento, aislado para evitar que pusiera en conocimiento de la Justicia la información" sobre el atentado. López Ocaña explicó que el asesinato fue planificado en Madrid en unas reuniones que mantuvieron los policías José Amedo y Michel Domínguez, procesados como organizadores de los GAL; el teniente coronel de la Guardia Civil Rafael Masa, y algunas personas que vinieron de Bilbao.

Rueda de reconocimiento

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De otro lado, dos ex presos del grupo terrorista vasco Iraultza, Pedro Otero y José Ramón Garmendia, señalaron ayer, en rueda de reconocimiento, a Julio Hierro, antiguo jefe de la Brigada de Información de la capital vizcaína, como uno de los policías que les sometieron a malos tratos durante su detención en la Jefatura Superior de Policía de Bilbao en febrero de 1984, informa Europa Press. Julio Hierro afirmó que fue él el que dirigió la detención e interrogatorio de estas dos personas, en calidad de jefe de la Brigada de Información. Sin embargo, negó cualquier relación con torturas a los dos detenidos.

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