Tensión intelectual
¡Fantástico! ¿Se dan cuenta de lo desequilibrada que está la balanza? Sucesos como la execrable nueva intervención norteamericana en Panamá, en apoyo exclusivo de sus intereses y contando con la colaboración de su títere Endara, vuelven a poner de manifiesto la palpable carencia de la necesaria tensión intelectual, que tan angustiosamente padecemos en este mundo de hoy. ¿Dónde están las voces críticas que pongan el contrapunto a tanta soberbia y prepotencia? ¡Menos mal que el cuartel general de la policía panameña no fue tomado por las fuerzas iraquíes o especímenes similares! De manera que la patente de corso existe, como queda demostrado en este y otros muchos ejemplos.Parece ser que todavía quedan en algún rincón perdido restos de materia intelectual (ese magma impreciso que se encuentra en el origen del pensamiento analítico) que en estos momentos es algo así como una enfermedad a erradicar y que por ello aún produce en la conciencia aldabonazos, hechos como el aludido, al que se aplican distintas varas de medir, de acuerdo con los más inconfesables intereses. Pero no se preocupe nadie, que la enfermedad pasará, y al fin, todos buenos, pensando igual, en cola y en la misma dirección. ¿Fueron erróneos los vaticinios de Orwell? Sólo se equivocó en la fecha, y si no, al tiempo.
Claro que, al otro lado del fiel de la balanza, el peso de la utopía se desvanece y no cumple su función de contrapeso. Antes, al menos ese proyecto mantenía viva la esperanza de un mundo venidero distinto del conocido, en el que la avaricia de unos cuantos no fuera en detrimento de la ingenuidad de otros muchos. Pues parece ser que todo esto se derrumba, que los tiros no van por ahí, a tenor del actual panorama político mundial. Entonces, ¿dónde hallar la respuesta? Esperemos contestamos antes de que Panamá se convierta en el Estado 52º de la Unión, y así sucesivamente. Sin que nadie diga nada.