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El correo electrónico permitirá en 1991 que las cartas lleguen a su destino antes de ocho horas

Las cartas que ahora tardan en llegar al destinatario 48 horas en el mejor de los casos estarán en el lugar de destino en menos de ocho horas a partir de 1991 gracias al correo electrónico, moderno sistema de transmisión de documentos que ha adoptado la Dirección General de Correos y Telégrafos. Ésta dirección general invertirá 40.000 millones de pesetas en nuevas tecnologías de la comunicación para poder ofrecer este y otros modernos servicios de telecomunicación.

En los primeros meses del próximo año se podrá recoger correspondencia por el sistema de correo electrónico en 1.000 puntos de abonados o de los servicios de Correos; en 1992 serán 10.000 los puntos y en 1993 alcanzarán la cifra de 50.000, según afirmó ayer Jose María de Luxán, asesor de la Secretaría General de Comunicaciones, en el Primer Seminario sobre las Comunicaciones de Negocios y Corporativas. Las nuevas Estrategias Internacionales, organizado en Madrid por las empresas Disel y Osiware.El correo electrónico permitirá enviar cartas y documentos desde un punto a otro del territorio nacional, según el código de urgencia que se le asigne. En menos de 45 minutos (las cartas urgentes), menos de 4 horas (cartas normales) o menos de ocho horas (con no tanta prisa).

Los envíos podrán hacerse bien desde terminales de ordenadores. personales y de empresa, conectados a una línea telefónica o de correos, que estén abonados al servicio o desde las oficinas públicas de Correos y se podrán recibir con los mismos mecanismos. "No hará falta que el ciudadano tenga un buzón electrónico conectado desde su casa", ha señalado De Luxán. "Iremos a recoger el texto a su casa o se lo admitiremos en las oficinas de correos, lo meteremos en el correo electrónico y lo enviaremos a su destino" añadió.

De momento en los puntos de recepción pública se colocarán impresoras en blanco y negro pero con el tiempo se podrán enviar también documentos en color. Cuando el usuario opte por utilizar las oficinas públicas las cartas deberán ser abiertas en Correos para poder enviar su contenido como si de una fotocopia se tratara. En otra oficina pública de destino serán metidas en un sobre y llevadas al domicilio de los destinatarios. Con el fin de superar el peligro de ruptura del secreto de la correspondencia, Correos reforzará las medidas de protección de este derecho, según ha explicado el asesor de la Secretaría General de Comunicaciones del Ministerio de Transportes, Turismo y Comunicaciones.

Privacidad

"El momento más delicado en relación con la privacidad es aquel en el que se imprimen las cartas antes de ponerlas en el sobre", señala un portavoz del Ministerio de Transportes. "Habrá zonas de seguridad para proteger los datos personales y empresariales".

La implantación de este nuevo servicio no va a suponer la desaparición del sistema actual de reparto de cartas y documentos y , por lo tanto, las cartas privadas, que ocupan el 20% de los actuales envíos de correos frente a un 80% de cartas empresariales, podrán enviarse por el correo normal.

El correo electrónico reducirá los tiempos de envío y será por ello el más adecuado, según explican fuentes de este organismo público, para las empresas y los partidos políticos, sobre todo en tiempo de campaña electoral. Además ofrecerá la ventaja de poder sacar en el acto tantas copias de una carta cuantas se quiera.

Expertos en estos nuevos medios han señalado que el correo electrónico, sistema que ya funciona entre algunas empresas españolas, supondrá una disminución de la utilización del fax y del télex.

El mastodonte se despereza

El servicio de Correos español ha tenido siempre fama de ser uno de los organismos probablemente de los más seguros pero también de los más lentos.Ahora se encuentra en un proceso de adaptación a una situación mucho más competitiva. Pretende llevar a cabo esta adaptación por la vía de las nuevas tecnologías y mediante la transformación jurídica.

En el proyecto de ley de presupuestos generales del Estado para 1991, que está a punto de ser aprobada en el Parlamento, se contempla la reconversión de Correos en un organismo autónomo de carácter comercial. Previamente se ha comenzado a aplicar un plan para la mejora de la gestión que, según fuentes oficiales de este organismo, ha permitido conseguir el reparto del 82% de la correspondencia en 48 horas en todo el territorio nacional. Siguiendo en esta amisma línea los responsables políticos de Correos esperan conseguir en los próximos meses repartir más del 50% de las cartas en 24 horas.

Correos cuenta en la actualidad con 67.000 empleados. Un 77% de este personal tiene carácter de trabajador fijo y está previsto que en 1991 los empleados fijos representen el 94% del total. El nuevo organismo autónomo invertirá casi 200.000 millones de pesetas en el período 1990-95 para adaptar su estructura. De esta cantidad al menos 40.000 millones se dedicarán a las nuevas tecnologías de transmisión. En 1990 Correos espera obtener unos ingresos de casi 120.000 millones de pesetas.

Dentro de este proceso de transformación se incluyen nuevas tarifas. Los responsables de Correos todavía no se han pronunciado, y se limitan a decir que tienen que ser competitivas "de acuerdo con las nuevas condiciones del mercado".

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