Consternación en la fragata 'Numancia' tras la muerte accidental del cabo primero
ENVIADO ESPECIAL, "Ha sido muy duro. Tenemos la moral por los suelos". Esta expresiva frase, pronunciada ayer en el puerto de Abu Dabi (Emiratos Arabes Unidos) por un marinero de la fragata Numancia y cortada bruscamente por un oficial con un tajante "hoy no se hacen declaraciones", refleja el ambiente que se vivía a bordo del barco de guerra español en el que el pasado miércoles falleció en accidente el cabo primero profesional Ignacio Romero Romero, de 22 años.
El cadáver de Romero fue repatriado a primera hora de la madrugada de ayer a bordo de un avión de British Airways con destino a Londres. El féretro llegó en torno a las 17.30 horas al aeropuerto madrileño de Barajas, donde fue inmediatamente trasladado a un avión Hércules del Ejército del Aire, que lo llevó a la base naval de Rota (Cádiz, próxima a la localidad gaditana de San Fernando, de la que era originario). El cuerpo del marinero llegó al Hospital de San Carlos, en San Fernando, a las 21.23 horas de ayer, dónde fue recibido por una comisión de oficiales y soldados de la 41ª Escuadrilla de la Armada, a la que pertenece la fragata Numancia, informa José A. Hernández. Inmediatamente se practicó la autopsia, que confirmó que el marinero murió a causa de un grave traumatismo craneocricefálico. Finalizada la operación, se instaló la capilla ardiente en el centro sanitario. Los padres de Ignacio Romero llegarían durante la madrugada, según señaló Almudena, la hermana del marinero, que recibió los restos mortales.Según anunció ayer la portavoz del Gobierno, Rosa Conde, a los actos fúnebres, fijados para las 12 de hoy, asistirá el secretario de Estado para la Administración Militar, Gustavo Suárez Pertierra quien impondrá la medalla al mérito militar, con carácter póstumo, al cabo primero.
La Numancia, por su parte, arribó ayer a Port Zayed, en Abu Dhabi, a las nueve de la mañana hora local (seis de la mañana en España). La escala en Abu Dhabi permitirá que embarque en la nave el juez militar Antonio García-Molina Riquelme, encargado por el Ministerio de Defensa de investigar el accidente en el que pereció Ignacio Romero.
Exceso de confianza
El ambiente de tensión y nerviosismo era ayer palpable a bordo de la Numancia. Dos horas después de la arribada, la tripulación de la fragata asistió a bordo a una misa de funeral. Oficiales del barco trataron de evitar que, una vez finalizada la misa, miembros de la tripulación conversaran sobre los pormenores del accidente con los periodistas españoles. Compañeros del cabo fallecido expresaron a este periódico su convencimiento de que la muerte de Ignacio Romero se debió a un accidente provocado por un exceso de confianza. Romero, según la versión más extendida entre la tripulación, se encontraba realizando una de las revisiones del sistema de disparo de misiles -una de las tareas que realiza un especialista durante todas las guardias- cuando, al parecer, tras detectar un fallo desde la consola de control, bajó hasta el dispositivo de lanzamiento solo y sin avisar al resto de la guardia. Allí realizó alguna operación que puso en funcionamiento el rotor de la lanzadera que, en su movimiento, le aplastó la cabeza. Un marino que se encontraba esa noche de servicio relató que nadie se apercibió del momento en el que se produjo el accidente. La muerte de Ignacio Romero ha supuesto un duro golpe para la tripulación de la fragata Numancia, que ha acogido con nerviosismo la resolución de Naciones Unidas que fija un ultimátum hasta el 15 de enero para que Irak abandone Kuwait.
La visita de la delegación parlamentaria española a la flotilla se inició con una entrevista no prevista en el programa oficial con el presidente de los Emiratos Árabes Unidos (EAU), Seik Zayey- Juan José Laborda, presidente de la delegación, expuso al presidente de EAU el consenso existente entre los grupos parlamentarios españoles sobre la necesidad de hacer frente a la violación del derecho internacional que, dijo, ha supuesto la invasión iraquí de Kuwait.
La primera jornada de la visita de la delegación parlamentaria -Integrada por ocho miembros- finalizó con una cena en la fragata Numancia.
Por otro lado, la Cofradía de los Vinos de Cava ha ofrecido el envío de 50 cajas de cava a los marineros españoles destacados en el golfo Pérsico, infoma Europa Press.
