Un Mundial muy injusto

La crueldad del Mundial de Italia no parece tener límite. Fue injusta la eliminación de Brasil. Resultó caprichosa la derrota de Colombia. Rumanía tampoco mereció perder. Y la fortuna se mostró incluso esquiva con la selección española, ese equipo que parecia tocado por la mano de Dios desde su debú frente a Uruguay. Esa suerte le abandonó en el peor de los momentos. Justo cuando no existe Posibilidad de cambiar el destino.España se va de Italia el mismo día en que todos creíamos habernos reencontrado con aquel equipo que despertó nuestras esperanzas de éxito en la fase de clasificación.

El equipo de Suárez superó en todos los terrenos a Yugoslavia. Fue más agresivo, tuvo más movilidad, ganó siempre la lucha por los balones divididos, esos que quedan muertos en tierra de nadie, dispuso de una mejor colocación sobre la cancha y creó más ocasiones de gol. El único pecado de ese equipo fue, paradójicamente, el que no se puede perdonar: fallar el último remate.

Sucede que cuando no se materializan las ocasiones de gol, cuando no se concreta, se paga con el peor de los castigos: el regreso a casa. Le ha sucedido a Brasil, a Colombia, a Rumania y también a España justamente el día en que la mayoría de ellos, sobre todo en el caso español, cuajaron el mejor partido del torneo.

La selección española ofreció ayer el mejor partido de cuantos ha disputado en Italia 90. Llegó a acercarse a ese nivel que se le suponía desde su clasificación. Por una vez abandonó el temor que le atenazó en la primera fase y saltó a la cancha más liberada futbolísticamente que nunca, confiando más en sus propios recursos que en la debilidad del rival, sabiendo que empezaba de verdad el Mundial.

El equipo de Suárez no dejó maniobrar nunca al rival, pero Yugoslavia recurrió a sus individualidades para ganar. Un tiro libre lanzado de forma sensacional -aunque aquí habría que evaluar con detenimiento la actitud de la barrera defensiva española-, y una acción personal disimularon de cara al marcador las graves deficiencias de este equipo que fue netamente superado por el español. España siempre funcionó mejor y creó tres ocasiones de gol por cada una que elaboró Yugolavia. Pero no acertó en el estoque, y ahí se le fue el partido y, lo que es peor, el Mundial, aunque supieran mantener en alto el ánimo de¡ espectador español hasta,el último suspiro. Lamentablemente, el balón no quiso entrar.

Este artículo ha s Ido reclaborado periodístícamente por Ramón Besa.