Juan Gómez Martínez

Colombiano de Medellín, a Juan Gómez Martínez le tocó hace año y medio ser alcalde de la ciudad que da nombre al más famoso cártel mundial del narcotráfico. Antes fue periodista, director del diario El Colombiano de Medellín, donde aprendió a defender su vida a tiros. Fue en 1987 cuando él y su hijo, con dos pistolas cada uno, impidieron que un grupo de traficantes le secuestraran en su propia casa. Pero, ¿disparaban para intimidar? "No, tirábamos a matar, igual que ellos", admite abiertamente. Con todo, en junio volverá al diario.Su imagen responde a la propia contradicción del pueblo colombiano: confiado, a pesar de la amenaza. Juan Gómez, que tiene un asombroso parecido con el actor que encarna al padre en la serie televisiva Alf, era ayer, en la inauguración en Madrid de las II Jornadas Internacionales de Alcaldes contra la Droga, el hombre más protegido y también el más accesible a los medios de comunicación. "Estoy a favor de una solución pacífica y dialogada al problema del narcotráfico en mi país". De las extradiciones, ni hablar. "La extradición es un factor de violencia. Si juzgamos a los narcotraficantes en Colombia podemos evitar muchas muertes".

Es un colombiano especialmente crítico con la actitud norteamericana frente al narcotráfico. "Estados Unidos lanzó a Colombia a una guerra violenta contra la droga, y el Gobierno de Bogotá cometió la equivocación de dejarse lanzar". "Si quieren una guerra, también deben hacerla en Estados Unidos", concluye. Nada más conocer el anuncio hecho público ayer en Medellín por los extraditables, en el que aceptan el triunfo del Estado colombiano en la guerra contra el narcotráfico, el alcalde declaró que "ese pacto podría suponer la rendición del cártel".

"No es cierto que el tráfico de drogas haya beneficiado económicamente a Medellín. Los narcotraficantes han levantado edificios suntuosos, pero ni una fábrica, ni una sola industria".