_
_
_
_
_

El ministro de Deportes rumano autoriza la salida de futbolistas al extranjero

Mircea Anghelescu, nuevo ministro de Deportes de Rumanía, ha revelado que los mejores futbolistas del país serán autorizados a jugar en el extranjero nada más terminar el Mundial de Italia el próximo verano. Los clubes italianos son los que más interés han demostrado por las estrellasa rumanas, entre las que se encuentran Hagi y Lacatus a la cabeza, y Anghelescu manifestó sobre ellos al diario francés L Équipe: "Ya han dado mucho a nuestro país". El equipo rumano jugará el Mundial contra Argentina, la URSS y Camerún.

El fútbol rumano, tras la caída de Nicolae Ceaucescu, va a sufrir una profunda transformación porque ha dejado de estar controlado por uno de sus hijos, Valentin, del que siempre circuló el rumor que era adoptivo. El Dinamo de Bucarest, equipo de la Securitate, ya recupera su antiguo nombre, el Urinea Tricolor (Unión Tricolor), y el coronel Gavrila, al mando del equipo del Ejército, el Steaua de Bucarest, ha denunciado al rotativo francés las manipulaciones que realizaba el hijo de Ceaucescu: "Ninguna decisión de la federación podía tomarse sin el consentimiento de Valentin. Y en el Steaua sucedía lo mismo. Si decidía que un jugador no participase en un gira por el extranjero, no iba. También en el asunto técnico él intervenía en el equipo. Se metía en los vestuarios, y era terrible".El coronel Gavrila habla de que el Steaua se mantuvo muchos años como el mejor equipo, de Rumanía. "Jugamos cientos de partidos sin perder ninguno. Y puedo afirmar que todos los resultados eran correctos". Pero confiesa que los adversarios no se empleaban a fondo. "Por no ofender al hijo de Ceaucescu", revela.

La final de Copa

En una ocasión hubo una manipulación clara de un resultado que ahora ha sido desvelada en L'Equipe. Fue con motivo de la final de Copa del año pasado. En el minuto 87, Steaua y Dinamo iban empatados a un gol. El Steaua marcó entonces en fuera de juego, y Valentin Ceaucescu, al ver que el árbitro anulaba el tanto, ordenó a los jugadores abandonar el terreno de juego. Los del Dinamo subieron entonces a la tribuna a recoger el trofeo por la retirada del contrario. Al día siguiente, la Federación Rumana de Fútbol decretaba que el Steaua había ganado la Copa por 2- 1. La orden llegaba de muy arriba.La curioso de todo esto es que Valentin Ceaucescu, según el coronel Gavrila, "no era nada". Pero añade: "Se proclamaba presidente de honor del Steaua. Se servía del fútbol para ensalzar su imagen".

Mircea Lucescu, entrenador del Dinamo,, también ha denunciado a L'Equipe las intervenciones que sufrió por parte de Valentin Ceaucescu. Recuerda que en 1986, ante los buenos resultados del Dinamo, Valentin le dijo: "Mircea, tú vas a abandonar el Dinamo. Te ocuparás únicamente del equipo nacional. Ambos trabajos son incompatibles. Si te resistes, mañana desencadenaré una campaña de prensa contra ti". Lucescu también denuncia cuando un jugador suyo, Andone, dirigió una mirada que se interpretó como desafiante a Valentin Ceaucescu: "Andone fue suspendido por tres meses, pero Valentin quería la sanción a perpetuidad".

El clan Ceaucescu controlaba todo, y en una ocasión, confiesa al periódico francés Christian Topescu, locutor deportivo de televisión, que con motivo de un partido internacional dijo que Hagi estaba capacitado para jugar en cualquier equipo del extranjero. Topescu fue despedido fulminantemente.

Sin embargo, manifiesta el responsable de la sección de tenis del Steaua al enviado especial de L' Equipe a Bucarest, los Ceaucescu apenas sabían de otro deporte que no fuera el fútbol. "Eran intelectualmente incapaces de'comprender las reglas de la esgrima, por ejemplo. Nicolae no sabía decir volei, decía voli. El único deporte que practicaba eran los bolos. El fútbol estaba privilegiado porque servía de prestigio a la familia. El resto estaba marginado".

Una campeona olímpica

Prueba de estas manifestaciones son las palabras de Amisoara Cusmir, campeona olímpica de salto de longitud en Los Ángeles 84: "No teníamos ni equipamiento ni alimentación equilibrada. Para conseguir algo de dinero había que salir al extranjero, pero a fuerza de rechazar las invitaciones los organizadores de reuniones se fueron olvidando de nosotros. Las restricciones fueron tales que acudía a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles sin mi entrenador".El corresponsal de L'Équipe en Bucarest, Radu Timofte, también cuenta las dificultades de Paula Ivan, plusmarquista mundial de la milla, para conseguir dinero siendo la mejor mediofondista del mundo: "Yo en mi camiseta no podía llevar más que la palabra Rumanía". De esta manera no podía conseguir, como los atletas de otros países, ingresos publicitarios.

Timofte explica, además, que la decisión de Ceaucescu de acudir a los Juegos Olímpicos de Los Ángeles 84, en contra de la posición mayoritaria de los países del Este, se debió a que Nicolae utilizó siempre el deporte para hacer creer su independencia y manipular a los países occidentales. Y termina recordando con vergüenza que al año siguiente Juan Antonio Samaranch, presidente del Comité Olímpico Internacional, imponía a Nicolae Ceaucescu la Orden Olímpica de Oro. "No pudieron cometer jamás tan grande error", termina diciendo.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_