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El juez estudia sustituir la incautación de las acciones de Camp por una fianza

El juez Victoriano Domingo Loren, titular del Juzgado número 5 de Primera Instancia de Barcelona, está dispuesto a levantar la incautación de las acciones de la Sociedad Anónima Camp adquiridas por Benckiser aplicando el articulo 1.428 de la ley de Enjuiciamiento Civil, según fuentes judiciales. La incautación de las acciones de Camp se sustituiría por el pago de una fianza por parte de Benckiser de unos 3.000 millones de pesetas, la misma cantidad que tuvo que depositar en el juzgado Procter and Gamble al aceptarse su demanda.

Las empresas Benckiser y Procter and Gamble comparecerán el próximo jueves ante el citado juez para proseguir las diligencias preliminares en torno a la demanda presentada por Procter tras la compra del 100% de las acciones de Jabones Camp por parte de Benckiser.Cuando se anunció la compra de Jabones Camp por parte de la empresa alemana Benckiser, la firma Procter and Gamble consideró que se había roto unilateralmente un pacto de venta firmado con los hermanos Camp, en aquellos días todavía propietarios de la empresa española de jabones. Procter inició entonces acciones legales que culminaron el pasado 9 de septiembre con un auto del juzgado número 5 de Barcelona, en el que se decretó el depósito judicial de las acciones de Camp en el Banco Español de Crédito "con expresa prohibición de su transmisión a terceros o gravamen hasta tanto no quede resuelta la cuestión litigiosa principal de las acciones correspondientes a las compañías del Grupo Camp que fueron adquiridas por Benckiser".

La empresa alemana cerró la compra de Camp por 30.000 millones de pesetas y en base a esta cifra el juez decretó que el demandante, Procter and Gamble, debía depositar una fianza de 3.000 millones por el importe de los daños y perjuicios que se pudieran seguir de la inmobilización y el depósito de todas las acciones de Camp. Por su parte, los representantes legales de los hermanos Camp han señalado que con Procter and Gamble no existió ningún compromiso formal sino un pacto de intenciones y que, una vez finalizado el plazo acordado inicialmente para una posible venta, quedaban libres para llegar a un acuerdo en firme con otro comprador. Así ocurrió al día siguiente de finalizado el plazo, momento en que los hermanos Camp decidieron vender la empresa a Benckiser.

Los hermanos Camp llegaron el 16 de junio a un pacto con Procter para la venta de la compañía que debía cerrarse el 5 de julio si la empresa compradora conseguía deducir unas cantidades de la cifra de 31.700 millones de pesetas acordados inicialmente para cerrar la operación. Al finalizar el plazo señalado, más un aplazamiento acordado por ambas partes hasta el 14 del mismo mes de julio, los hermanos Camp materializaron la venta a Benckiser.

Los nuevos propietarios de Camp desmintieron la pasada semana que tengan la intención a corto plazo de colocar en bolsa una parte del capital de la compañía. En este sentido, un alto directivo de Benckiser señaló: "Hasta que no se solucione nuestro contencioso con Procter and Gamble, no podemos pensar en operaciones de este cariz".

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