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Un cantante de la izquierda

Billy Bragg realiza una gira por tres ciudades españolas

El británico Billy Bragg es uno de los raros ejemplos de fusión entre música y política existentes en el mundo occidental. Miembro del Partido Laborista del Reino Unido, actualmente realiza su primera gira por España, con actuaciones en Madrid, Santiago de Compostela y Vitoria, tras realizar un documental para la BBC sobre la presencia de los españoles en Bolivia en el siglo XVII. Heredero de la tradición musical sindicalista, Billy Bragg afirma: "Intento humanizar este negocio a través de las relaciones personales".

Camiseta y bermudas forman el atuendo de Billy Bragg, cantante británico de 31 años que ha convertido su ideología política en motivo de inspiración. "Comencé a escribir por razones políticas", afirma. Está cansado. Ha madrugado y acaba de llegar al hotel procedente de Londres. "Mi vida tomó un giro político durante la huelga minera de 1984, que me conmocionó profundamente. Las ideas de Margaret Thatcher afectan a todo el mundo y quiero que el sistema socialista se integre en un mercado que no esté basado en la explotación".Con seis discos publicados, Billy Bragg ha recorrido con su música y sus ideas desde Estados Unidos hasta la Unión Soviética, desde Nicaragua hasta Japón. Fundó Red Wedge, una asociación de músicos socialistas, y canciones como Hay poder en el sindicato y discos como Tiempo de jugar de los trabajadores marcan su trayectoria. "No tengo presiones", afirma, "ni necesito hacer canciones de éxito. Reniego de la producción en serie, y cuando no grabo me dedico a escribir para periódicos y hacer documentales para televisión".

Recientemente ha terminado un programa para la BBC sobre la presencia de los españoles en Bolivia en el siglo XVII. "Ningún país que ha tenido un imperio puede salir bien parado de la historia", dice antes de continuar exponiendo ideas sobre la música actual, -"está controlada desde Estados Unidos y carece de contenido ideológico"-, la de los años sesenta -"es muy difícil que surga un movimiento como aquél"- y su afiliación al partido laborista -"voy a los mítines, pero son muy aburridos"- Finalmente, Billy Bragg expresa sus deseos de no ahogarse en la canción política: "Sólo soy un cantante que intenta humanizar este negocio a través de las relaciones personales".

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