_
_
_
_
_

El arzobispo Tutu denuncia que la policía mató a 23 negros en la noche poselectoral

El Partido Nacional surafricano se aferraba ayer al poder después de que los partidos a su izquierda y derecha le arrebataran varios escaños y casi la mayoría parlamentaria en las elecciones del miércoles. Mientras, el arzobispo anglicano Desmond Tutu dijo que 23 personas murieron durante la noche poselectoral en enfrentamientos entre la policía y manifestantes negros y mestizos en barriadas alrededor de Ciudad del Cabo, que testigos presenciales describieron como "zonas de guerra".

Más información
El 'apartheid' es irreformable

Decenas de personas resultaron heridas en los enfrentamientos, que fueron una continuación de las protestas antisegregacionistas organizadas por el Movimiento Democrático de Masas (MDM), que se han extendido por todo el país en las últimas seis semanas. La policía confirmó ayer que un número de personas habían muerto, pero no dio detalles. Un periódico de mestizos de Ciudad del Cabo informó, por su parte, que en la morgue local había 15 cadáveres. "Creemos que el número de muertos va a aumentar", dijo Tutu en una conferencia de prensa en su residencia de Ciudad del Cabo. Tutu espera que el presidente Frederik de Klerk, "condene la actuación de la policía y las órdenes que el ministro de Ley y Orden, Adriaan Vlok, ha dado a los guardias".La violencia de la noche poselectoral ensombreció ayer el interés por los resultados de los comicios del miércoles, en los que el Partido Nacional perdió 30 escaños en favor de los partidos conservador y liberal, aunque mantiene la mayoría.

Resultados

Únete a EL PAÍS para seguir toda la actualidad y leer sin límites.
Suscríbete

Los resultados finales dan al Partido Nacional 93 escaños (antes 123), al Partido Conservador 39 (17 más que antes) y al liberal Partido Democrático 33 (14 más que antes). Hay un escaño todavía por adjudicar.

Wynand Malan, uno de los tres líderes del Partido Democrático, se mostró encantado por los resultados del nuevo partido formado hace seis meses y dijo: "No hay duda que estamos en el camino hacia un gran éxito en las próximas elecciones, que seguramente se celebrarán antes de cinco años".

De Klerk, el presidente interino del país y líder del mayoritario Partido Nacional, dijo que los electores le habían dado un firme mandato para seguir adelante con sus prometidas reformas y sus cinco años de plazo para el cambio. Casi el 75% de los blancos que votaron apoyaron algún tipo de cambio, dijo De Klerk.

Pero con la mas exigua minoría desde que el Partido Nacional accedió al poder en 1948, De Klerk tiene poco margen de maniobra. Él ha prometido a dirigentes extranjeros que durante su mandato introducirá una serie de reformas en el sistema político surafricano. Pero sabe que el Partido Conservador, otra vez la oposición oficial en el Parlamento, se beneficiará si el PN se mueve hacia la izquierda, poniendo en libertad, por ejemplo, al líder negro Nelson Mandela o levantando las restricciones legales sobre las áreas de residencia. Y si De Klerk no satisface a aquellos Gobiernos extranjeros todavía amigos de Suráfrica, tales como el Reino Unido y Alemania Occidental, corre el riesgo de enfrentarse a una nueva oleada de sanciones hacia Pretoria.

En las elecciones del miércoles, mientras 26 millones de negros permanecían sin derecho a voto, los indios y mestizos votaron para sus propios Parlamentos separados. En la cámara de los indios, con 40 escaños, ningún partido obtuvo mayoría; en la de los mestizos (80 escaños), los laboristas del reverendo Allan Hendrickse, volvió a conseguir la mayoría con 65 escaños.

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_