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Primeros pese a todo

Las cajas rurales, a pesar de los problemas sufridos en los últimos años con los procesos de ventas, fusiones y absorciones, que daban la impresión de un sector en derribo, se mantienen con gran diferencia al frente de las entidades financieras en relación con los préstamos al sector agrario.Según los datos del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, en 1984, de un endeudamiento total del sector agrario de 943.000 millones de pesetas, el 38,4% correspondía, a las cajas rurales. La banca comercial participaba con el 25,2%, y las cajas de ahorro con el 15,1 %. El Banco de Crédito Agrícola (BCA) lo hacía con el 18,8%.

Cuatro años más tarde, el endeudamiento del sector se cifra en 1,402 billones de pesetas. Las cajas rurales suponen el 3 1 % de esa cantidad. La banca comercial se mantiene prácticamente estabilizada con el 26%, mientras las cajas de ahorro crecen hasta el 21,5%. El BCA se sitúa en el 17,6%.

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La ofensiva de las cajas rurales

La nota destacada es la subida de las cajas de ahorro, entidades cercanas en muchas provincias al sector agrario. La caída de cinco puntos en la participación de las rurales se puede calificar de grave, pero mucho menos si se tiene en cuenta que se ha producido en una de las mayores crisis de identidad que han soportado las rurales en su historia.

Los responsables de las cajas rurales no entendían por qué el BCA había decidido no suscribir acuerdos de colaboración con estas entidades, como ha hecho con otros grupos financieros, si el objetivo del banco público era llegar al medio rural. El tema central es el relanzamiento del grupo para no perder terreno ante las cajas de ahorro que tienen tierra abonada para sus excedentes.

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