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Termina la devolucion reciproca del patrimonio cultural de las dos Alemanias

El director de la biblioteca de la universidad y de lit ciudad de Hamburgo, Horst Gronemeyer, espera con impaciencia la llegada de las próximas semanas. Probablemente en septiembre, Hamburgo recuperará una gran parte de los libros de enorme valor que fueron llevados durante la guerra al territorio que hoy pertenece a la República Democrática Alemana (RDA).

Con un intercambio de notas entre la República Federal y, la Repúblida Democrática se cerrará el 8 de agosto, en Berlín, el último capítulo de] acuerdo cultural interalemán de 1988 para la "devolución de bienes culturales reclamados por razones de guerra". Tras la restitución de archivos, pinturas, colecciones científicas y objetos de arte, retornarán también al país que para cada República es "la otra Alemania los monumentos de la historia del lenguaje y los manuscritos. Las bibliotecas de la universidad de Lübeck, Kassel, Heidelberg y Múnich se beneficiarán de ese acuerdo, pero la de Hamburgo será la que reciba el mayor conjunto de libros de Berlín Este. Casi 2.000 manuscritos y documentos teológicos, históricos y hanseáticos, que durante la guerra fueron guardados en el palacio Lauenstein, en Sajonia, volverán -después de más de 40 años- a la ciudad hanseática. Su valor material se calcula en unos 20 millones de marcos. Son especialmente valiosos los manuscritos medievales de teología, muchos de los cuales están escritos en lengua vulgar, es decir, en allemán primitivo, hecho que constituía una singularidad en una Edad Media en la que el latín lo penetraba todo. Hasta aquí, los bibliotecarios sólo han examinado una pequeña parte de la colección. La mayor parte está todavía por redescubrir.

Una de las piezas de mayor Valor que volverán a la biblioteca de la universidad de Heidelberg es un comentario manuscrito de los salmos escrito de puño y letra del médico y teólogo Paracelso. A la biblioteca de Kassel serán devueltas colecciones importantes que fueron recopiladas por los hermanos Grimm, en otro tiempo bibliotecarios de esa institución. La colección fue ocultada en 1943 en Turingia, en una casa del bosque. A la biblioteca de la ciudad de Lübeck regresarán 25 mapas con documentos, ocho legados y cinco fajos de autógrafos, entre los que se encuentran las extraordinariamente valiosas reglas para la notación de música de órgano caligrafiadas por Buxtehude.

Hará el recorrido inverso, hacia la República Democrática Alemana, una serie de manuscritos que salieron del Museo Theodor Korner, en Dresde, cuyas piezas más valoradas son tres autógrafos de Immanuel Kant y 46 autógrafos de Theodor Korner. Dos manuscritos de Martín Lutero serán devueltos al Museo de Magdeburgo. Son el Tratado de las dos instituciones del sacramento, escrito por mandato del obispo de Meissen y De la celebración de la cena de Cristo.

Protección

Con este acuerdo sobre la devolución de fondos de biblioteca finaliza un capítulo importante de las relaciones (le posguerra entre las dos Alemanias, que se inició con el traslado de valiosas obras de arte y cultura de la nación alemana desde Prusia y otras regiones durante la II Guerra Mundial para protegerlas de los redoblados ataques aéreos de los aliados a palacios y castillos como el de Ehrenbreitstein, en Coblenza, o a las minas de potasa y de sal de la región central de Alemania. La mayor parte de los objetos artísticos encontró así mayor seguridad, escapando de los ataques aéreos sobre el este de Alemania. La partición del territorio alemán en 1945, la rivalidad de los vencedores, las malas relaciones políticas entre los aliados y sus tropas de ocupación impidieron durante años el retorno de este patrimonio cultural a sus lugares de origen. A ello se debe añadir también que tanto los americanos como los rusos tenían expertos que se apropiaron de muchas obras de arte como botín de guerra. Los especialistas piensan que en el día de hoy obras que valen millones se encuentran en poder de personas privadas, sobre todo en Polonia. En esta devolución de obras de arte entre alemanes, la RFA casi sólo ha podido ofrecer lo que los americanos restituyeron voluntariamente. Lo mismo se puede decir de la RDA respecto de la Unión Soviética.

Tras la fundación de los dos Estados alemanes, se dio en los años cincuenta el primer paso de aproximación, a cargo de algunos archiveros de ambos lados, independientemente de los contactos políticos. Sin embargo, el intento de intercambio naufragó a causa del mal clima político.

Desde el principio, ambas partes manifestaron la opinión de que las obras de arte y de cultura que no estuviesen en posesión del propietario original debían ser devueltas. No obstante, pasaron casi 30 años hasta que el asunto se pusiera en el orden del día de las negociaciones.

Süddeutsche Zeitung / EL PAÍS.

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