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Israel trata de demostrar a EE UU que obró bien al secuestrar a Obeid

El primer problema al que se enfrenta el Gobierno israelí actualmente es cómo conciliar su posición oficial de "no cedereinos" -incluso si Hezbolá ejecuta a otros rehenes- con la necesidad de superar la crisis abierta en las relaciones entre Washington y Tel Aviv.Sin duda, oficialmente no hay crisis. Tanto la Casa Blanca como el departamento de Estado norteamericanos se muestran muy prudentes, y cada declaración de los portavoces oficiales es cuidadosamente medida. Sin embargo, las autoridades de Israel saben que en el Congreso y en el Senado incluso los amigos de Israel han montado en cólera. La opinión pública norteamericana ha reaccionado con estupor a la muerte del teniente coronel Higgins. Poco importa si su muerte se produjo hace varios meses, cosa imposible de probar por el momento. Numerosos norteamericanos, como el senador Bob Dole,, se preguntan si Israel no reaccionó a la ligera sin tener en cuenta las vidas que están en peligro.

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Moshe Arens, ministro de Exteriores israelí, ha tomado una decisión sin precedentes: en un comunicado oficial del Ministerio de Asuntos Exteriores, explica al pueblo de EE UU los motivos y las circunstancias de la captura de Obeid e insiste en la necesidad que tienen las dos naciones de permanecer unidas en la lucha contra el terrorismo. Dirigirse directamente a un pueblo extranjero pasando por encima de su Gobierno no se había visto visto jamás. "Sólo el hecho de que Arens se sienta muy próximo a EE UU podría explicar esta extraña conducta", comentó un diplomático norteamericano.

Interrogatorio

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En sus esfuerzos por convencer a los norteamericanos del fundamento correcto de la operación israelí, el ministro de Defensa, Isaac Rabin, también ha adoptado una decisión sin precedentes: la publicación de los primeros resultados del interrogatorio que ha sido sometido Obeid sin esperar a finahzar la investigación y el eventual proceso judicial contra él. De lo dado a conocer del interrogatorio se deduce que el fider shií habría confesado su participación en el secuestro del teniente coronel Higgins y habría alojado en su domicilio a los secuestradores.

La mayor parte de los comentaristas israelíes admiten que al revelar el desafio de Israel y matar a Higgins, los jefes de Hezbolá han conseguido agriar las relaciones israelo-norteamericanas.

En Tel Aviv, altos funcionarios próximos al primer ministro Shamir y a Moshe Arens, acusan a Isaac Rabin de haber cometido el error de admitir públicamente la responsabilidad de Israel en el secuestro de Obeid. "Asumir tal responsabilidad -el Gobierno no dio su aprobación a esto- ha cerrado posiblemente las opciones de una negociación discreta con los shiíes. "Lo cierto es que esta admisión pública ha sido una de las principales razones de la escalada de los acontecimientos y puede ejercer un efecto negativo en las relaciones de Israel y EE UU", comenta un alto funcionario en el Jerusalén Post.

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