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RELIGIÓN

Ratzinger afirma en una homilía que se debe pensar en la resurrección y no en la lucha de clases

Francesc Valls

Los cristianos deben pensar en la alegría de la resurrección y no en la transformación del mundo a través de la lucha de clases, dijo ayer el prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe, Joseph Ratzinger. El cardenal pronunció esta homilía en clavé espiritualista en el curso de una misa que presidió en la parroquia madrileña del Buen Suceso. Junto a Ratzinger, a su derecha, se sentó el nuncio de la Santa Sede en España, Mario Tagliaferri. A su izquierda, el vicario general castrense, José Manuel Estepa. La misa se inició pocos minutos después de la una de la tarde.

El cardenal -el único que llevaba mitra- desfiló entre los fieles repartiendo bendiciones, precedido por la cruz y seguido de dos arzobispos -Tagliaferri y Estepa- y dos obispos: los auxiliares de Madrid Francisco José Pérez y Fernández Golfin y Luis Gutiérrez. Minutos antes de que los celebrantes aparecieran revestidos, un sacerdote advirtió por el servicio de megafonía que la misa iba a ser presidida por Ratzinger, autor de "más de 600 libros y artículos" y hombre "que vela por el depósito de nuestra fe".Efectivamente, en su homilía el cardenal se mostró firme cuando descalificó a los violentos que, como los históricos zelotes -patriotas que propiciaron la rebelión de Judea contra el poder del emperador Tito-, intentan "traer el reino de Dios a este mundo". "Los mensajeros de Jesús no predican la lucha de clases, sino la paz de- Jesús", agregó. El prefecto del dicasterio para la Doctrina de la Fe criticó de esta manera a aquellos que pretenden cambiar la situación".

Jesús, de acuerdo con Ratzinger, dijo a sus discípulos que debían predicar "no la violencia, sino la paz"; por ello los enviaba como ovejas, no como lobos, aunque el pecado original nos contagió algo de lobos". En opinión del cardenal hay que pensar "en la alegría de la resurrección", porque "lo que realmente hace feliz es el cielo".

Corderos y lobos volvieron a ser argumento por la tarde. En nunciatura y con motivo de la presentación del libro Juan Pablo II; peregrino por el Evangelio, el cardenal negó haber sido muy duro con los lobos. Tras glosar, la obra que ahora edita en España Rialp, una empresa próxima al Opus Dei, el prefecto destacó la alegría de constatar que "al fin el cordero es más fuerte. La alegría final se ve envuelta por el sufrimiento, ya que un amor sin tal condición "no es realista" y cae en el romanticismo.

El libro presentado ayer por el cardenal, en presencia del nuncio de la Santa Sede, Mario Tagliaferri, recoge los testimonios de don Juan Carlos, Corazón Aquino, el cardenal arzobispo de París (Jean Marie Lustiger) y la madre Teresa de Calcuta, entre otros. Horas antes de participar en ese acto en la embajada vaticana -en el que puso de relieve que el rock nada tiene que ver con la música religiosa-, Ratzinger había almorzado con el presidente de la Conferencia Episcopal, cardenal Ángel Suquía.

El prefecto de la congregación romana partió rumbo a Italia a última hora de la tarde de ayer, después de haber venido a España invitado por el curso de teología que, organizado por la Universidad Complutense, dirige el teólogo Olegario González de Cardedal.

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