Un retablo gótico catalán, subastado por 408 millones de pesetas
El Retablo de la leyenda de Santa Luca, del pintor catalán Bernat Martorell, no volverá por el momento a Cataluña. La pieza gótica de la primera mitad del siglo XV fue adquirida anoche en la sala de subastas Drouot Montaigne, de París, por unos 408 millones de pesetas por un coleccionista privado de la capital francesa. La representante de la Generalitat de Cataluña pujó hasta 10 millones de francos (unos 190 millones de pesetas).El retablo fue la estrella de una subasta en la que se vendieron 40 obras de arte, muchas de ellas cuadros de la escuela flamenca. La pugna final para la obra de Martorell se estableció entre un coleccionista particular español, que se paró en 21 millones de francos, y otro francés, cuya identidad se desconoce, que finalmente se quedó la pieza. Ambos pujaron por teléfono.
El retablo salió a subasta en dos millones de francos. Magda Gassó, miembro del Servicio de Museos de la Generalitat de Cataluña, empezó a pujar en 3.200.000 francos y se retiró de la subasta tras ofrecer 10 millones. Al final, comentó que le había soprendido el alto precio obtenido por el retablo, "una pieza magnífica y muy representativa de Bernat Martorell, pero cuyo precio considero exagerado", dijo. La intención de la Generalitat al acudir a la subasta era "recuperar una pieza que estaba en el extranjero para devolverla al patrimonio del país, pero una institución no puede pagar las obras a precio de oro". Magda Gassó señaló que habían mantenido conversaciones con el Ministerio de Cultura español, "que no demostró ningún interés en adquirir el retablo".
El tríptico, de una superficie total de 165 x 245 centímetros, pertenecía a un coleccionista parisiense ya fallecido. Considerada como una de las mejores obras de los primitivos españoles, fue adquirida en París en 1884 por el gran coleccionista Martin Le Roy, quien la mantuvo en su poder al menos hasta 1909. Le Roy donó su colección al Museo del Louvre en 1913, pero el retablo no reapareció hasta hace 32 años en una venta anónima efectuada el 4 de diciembre de 1956 en París, por lo que pocas personas lo habían visto.
