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ETA envía a los deportados las cintas que contienen las conversaciones entre Vera y Etxebeste

La organización terrorista ETA Militar ha enviado a sus activistas deportados en distintos países unas cintas magnetofónicas que contienen las conversaciones mantenidas a principios de año en Argel por el representante del Gobierno, Rafael Vera, y el de ETAm, Antxon Etxebeste, durante el período de tregua que concluyó hace mes y medio. Tras haberlas escuchado, los miembros de ETA deportados en Panamá consideran que el Gobierno español ha perdido una gran oportunidad de negociar una salida pacífica al problema de la violencia en Euskadi, según fuentes próximas a los etarras.

Los seis activistas de ETA Militar que se encuentran en Panamá, según dichas fuentes, acusan al Gobierno de no cumplir los pactos acordados por los interlocutores de ambas partes. Estos informantes han señalado que en la grabación se oye a Etxebeste leer los puntos del comunicado pactado, y a Rafael Vera contestar al término de cada uno: "De acuerdo".Los etarras acusan también a Manuel Fraga de haber presionado seriamente al Ministerio del Interior español para no aceptar finalmente el comunicado de ETA y variar el contenido de la declaración oficial del Ejecutivo socialista.

Los deportados que se hallan actualmente en Panamá coinciden en su postura con otros activistas que fueron trasladados desde Francia a diversos países latinoamericanos: "Queremos regresar a Euskadi, no con una victoria, pero tampoco con una derrota".

José Carlos Arrigarán Ibarra, Ramón Zurrutuza, KoIdo Zaralegui, Juan José Aristizábal y Miguel Ángel Aldana, miembros de la rama militar de ETA, viven actualmente en el barrio popular de Río Bajo, completamente apartados del activista de los Comandos Autónomos Anticapitalistas Julián Tena Balsera, quien reside en el barrio de Las Cumbres

Las diferentes posturas entre los milis y los autónomos considerados por los primeros como delincuentes, provocaron un serio enfrentamiento que concluyó con residencias y vidas paralelas.

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El nuncio apostólico en Panamá, monseñor Sebastián Laboa, les presta ayuda frecuentemente y media ante la Embajada española por cualquier problema que tengan. Monseñor Laboa ha explicado a este periódico que recientemente ha mediado ante la Embajada española para que los etarras recibieran la asignación que mensualmente les paga el Gobierno de Madrid debido a un retraso inexplicado de dos meses. Esta asignación, según el nuncio, asciende a 250 dólares (casi 30.000 pesetas) por persona, sin incluir la casa y las llamadas telefónicas a horas restringidas. El Gobierno español redujo el uso del teléfono a los activistas, dado que las cuentas de sus primeros meses de estancia en Panamá eran desorbitadas.

,Después de pasar por diferentes residencias, los etarras han solicitado una casa mayor debido a la próxima visita de la esposa de uno de ellos, gestión que la Embajada está realizando actualmente.

Los etarras disponen de libertad de movimientos y pasean por la ciudad sin custodia de la policía o las fuerzas de defensa.

Los etarras no disponen de documentación ni autorización para trabajar. Ocasionalmente ayudan a descargar barcos atuneros que llegan a Panamá o realizan pequeños trabajos para algunos vascos residentes en el país centroamericano.

Reciben visitas de abogados franceses y españoles, generalmente del letrado de Herri Batasuna Miguel Castells. Sus esposas o compañeras se turnan para viajar a Panamá. Recientemente, una de ellas ha regresado a Francia para dar a luz en ese país.

Los etarras están informados de lo que ocurre en España a través del teléfono, cartas, visitas personales y Radio Exterior de España. Prestan atención a los resultados de la Liga de fútbol y a otras informaciones deportivas, como la Vuelta Ciclista a España.

El padre Gorroanchátegui, director de los jesuitas del colegio de San Javier, les presta también ayuda, incluso espiritual, pues es su confesor personal. A través de estos medios eclesiásticos reciben revistas y libros para entretenerse. Una de las revistas que suelen leer es la abertzale Argia, totalmente escrita en euskera.

Miguel Ángel Aldana sufre ocasionales depresiones psicológicas, producto, según fuentes próximas a los etarras, de los malos tratos sufridos hace años en Ecuador por miembros de la policía española y ecuatoriana, que le interrogaron para conocer el lugar donde se encontraba secuestrado el directivo del Athlétic de Bilbao Juan Pedro Guzmán.

Un nuncio de origen vasco con vocación mediadora

El nuncio apostólico en Panamá, Sebastián Laboa, reconoció a este periódico que medió directamente con el jefe del Estado cubano, Fidel Castro, para que los primeros etarras que llegaron a aquel país centroamericano fueran trasladados a Cuba.Sebastián Laboa asegura que recibió la solicitud del grupo de etarras que actualmente se encuentra en Cuba para que mediara con las autoridades de ese país, puesto que querían viajar de Panamá a Cuba.

Los activistas esperaban encontrar en esta isla del Caribe no sólo un trabajo digno, sino también mejores condiciones de vida. A ello se añadía una cierta afinidad ideológica con el régimen castrista. El nuncio apostólico escribió una carta personal al comandante Fidel Castro para transmitirle la solicitud del grupo de etarras, activistas históricos de ETA que habían sido deportados de Francia a Panamá.

Monseñor Laboa recibió como respuesta una carta personal de Fidel Castro, quien le negaba esa asistencia y le explicaba textualmente, según ha reconocido el propio nuncio: "No somos ni asesinos ni carceleros".

Gestiones posteriores del Gobierno español con las autoridades cubanas lograron que Fidel Castro aceptara ese traslado. Los etarras que primeramente llegaron a Panamá fueron posteriormente trasladados a Cuba, donde aún residen.

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