_
_
_
_
_

Arturo Bodelón

Bombos, tamboriles y pandeiros

JULIÁN H. MIRANDA, Arturo Bodelón es desde hace poco más de dos años presidente de Unarte, una confederación de artesanos que agrupa a más de 3.000 talleres, de los casi 10.000 censados en nuestro país. Nació en Ponferrada (León) hace 39 años y se ha dedicado desde muy joven a numerosas actividades, entre las que destacan su afición a la biología y su pasión por la música. Actualmente vive en Esteiro, una pequeña aldea gallega, y allí realiza instrumentos de percusión, siguiendo métodos tradicionales, para grupos como Milladoiro, Na Lua y otros. Sus tambores y panderetas se venden en todo el mundo.

Nacido en el seno de una familia coruñesa ilustrada, Bodelón estudió en un colegio laico y desde que tenía 17 años siempre ha militado en distintas organizaciones. A los 18 años se matriculó en la facultad de Ciencias Biológicas de la universidad de Santiago y sólo hizo dos cursos, porque luego se fue de su casa y vino a Madrid. "Vine con la intención de estudiar periodismo, pero sólo duré tres meses en la Escuela de Periodismo de la Iglesia. Antes había conocido a varios músicos jóvenes y decidimos montar el grupo folk La Madre del Cordero. En 1971, junto a Moncho Alpuente, Javier Estrella y otros amigos fundamos De Santurce a Bilbao Blues Band", señala Bodelón.Poco después se casó y volvió a Galicia, pensando en trabajar el campo, porque la gran ciudad le agobiaba. Separado más tarde de su mujer, empezó a realizar diferentes trabajos: capataz agrícola, encofrador, etcétera. En sus ratos libres hacía instrumentos de percusión por pura afición, pero cuando se quedó sin trabajo montó un pequeño taller con ayuda de su segunda mujer y ahora cubren más del 80% del mercado gallego. "Los bombos, tamboriles y pandeiros tienen un sonido definido y limpio, ya que investigo la acústica de los nuevos instrumentos".

En 1985 la Xunta de Galicia le otorgó el premio de diseño artesano por uno de sus pandeiros. Algunos de sus instrumentos se encuentran en el Museo Etnográfico de Boston, pero se han vendido en Nueva York, Suiza, Holanda, República Federal de Alemania, Argentina e incluso en Australia.

Hace poco más de tres años se interesó por la Asociación de Artesanos Gallegos, y resultó elegido miembro de una comisión que redactó los estatutos de una nueva confederación de artesanos españoles. Así nació Unarte. "En los últimos años se ha producido un movimiento de renovación en la artesanía, respondiendo a los retos demandados por una sociedad industrial. Nuestra función principal consiste en hacer objetos útiles y bellos. Creo que el diseño nace de la colaboración entre artesanos y técnicos".

Habla muy deprisa y gesticula mucho, pero se preocupa de comunicar sus ideas con la mayor claridad posible: "Los talleres artesanos tienen que ser empresas normales y competitivas, de cara al mercado único europeo".

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_