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39º FESTIVAL DE BERLÍN

Con 'Camille Claudel' prosigue la política francesa de grandes producciones

Dirigida por Bruno Nuytten, un veterano fotógrafo que hace en ella su primer trabajo como realizador, la película francesa Camille Claudel es la primera de esta edición del Festival de Berlín que, por su ambición, se presiente como aspirante a uno de los grandes premios. En ella encuentra un aval la nueva línea de la política cinematográfica francesa dada a conocer por el ministro de Cultura, Jack Lang. Esta línea apuesta por las grandes producciones y evidentemente Camille Claudel lo es, aunque su riqueza de medios no siempre se corresponde en la pantalla con la riqueza de imaginación.

Con anterioridad se proyectó fuera de concurso Relaciones peligrosas, un brillante, divertido y duro filme británico dirigido por Stephen Frears que, como Camille Claudel, está extraído del pasado histórico de Francia. Procede de la novela del mismo título de Choderlos de Laclos, uno de los libros clave de la literatura política y erótica del siglo XVIII.En 1782 publicó una novela epistolar, Relaciones peligrosas, que hace 25 años fue llevada al cine, de forma desastrosa, por Roger Vadim y más tarde al teatro por el dramaturgo inglés Christopher Hampton. Es en esta comedia donde se inspira Frears para hacer su película, que dará mucho que hablar por su fría agilidad, su dureza cínica y su interpretación.

Un siglo después, en 1885, también en París, una muchacha llamada Camille Claudel, hermana de Paul Claudel, que llegó a ser años más tarde el más célebre poeta y dramaturgo católico de la Francia moderna, conoció al escultor Augusto Rodin y logró de él que le admitiera como alumna en su taller. Allí comenzó una dramática aventura amorosa y artística que terminó en 1943, en la celda del manicomio que la escultura ocupó durante los últimos 30 años de su infortunada vida.

El filme narra prácticamente toda la vida de Camille y lo hace con una veracidad visual que ha costado a los productores de la película la enorme cifra de 16 millones de dólares, la mayor de la historia del cine francés y una de las mayores del cine europeo.

Isabelle Adjani y Gerard Depardieu encabezan el largo reparto de esta larga película: casi tres horas de metraje que podrían sin dificultad reducirse suprimiendo los 20 o 30 minutos de celuloide inútil, redundante y meramente descriptivo que contiene y que, sin añadirle ninguna calidad, perjudican a un filme que tiene calidades, y que sin ser excepcional, se le augura unánimemente mucha audiencia.

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