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Chaves plantea la posibilidad de formar acuerdos parciales como última novedad

El Gobierno y los sindicatos se reúnen hoy por "última vez" para abordar la mesa de concertación. Al menos así lo han anunciado distintas voces del Ejecutivo: ésta será la conversación definitiva. La reunión, que tendrá lugar a las cinco de la tarde en el Ministerio de Trabajo, hace la número seis desde que finalizó la huelga general el 14 de diciembre de 1988.

La primera vez los sindicatos pusieron al Gobierno una fecha límite para llegar a un acuerdo: el 31 de enero. Pasó el día 3, las partes no consiguieron acercar posiciones. Tres días después de esta última y estéril cita, el Ejecutivo convocó a UGT y CC OO a una reunión, esta vez definitivamente última, la de hoy.Tan sólo 24 horas antes, el ministro de Trabajo, Manuel Chaves, hacía un llamamiento a los sindicatos recomendándoles que firmaran acuerdos parciales, es decir, acordar tan sólo tres de los cuatro puntos puestos sobre la mesa: la equiparación de las pensiones más bajas al salario mínimo interprofesional, reparación del poder adiquisitivo, perdido por algunos colectivos, y el derecho a la negociación colectiva de los funcionarios. El ministro no hace referencia al aumento de la cobertura de desempleo en un 48%.

Según Chaves, "no es buen método de negociación el jugar al todo o al nada, sino llegar a lo positivo, lo que no quiere decir que no hagamos un esfuerzo por llegar a un acuerdo global, pero si éste no es posible, sería bueno consolidar varios puntos, sobre todo los relativos a funcionarios y pensionistas, en los que es posible llegar a un acuerdo". Ante esta propuesta los sindicatos son unánimes: no son posibles los acuerdos parciales ya que el punto más conflictivo es el de la cobertura de desempleo y su ausencia en el pacto supondría el incumplimiento de un compromiso adquirido por el Gobierno.

Con esta propuesta la mesa de concertación quedaría de nuevo podada: la primera rebaja hizo que las cinco razones que motivaron la huelga quedaran reducidas a cuatro cuando, a finales de diciembre de 1988, el presidente del Gobierno, Felipe González, y los máximos líderes sindicales acordaron posponer la puesta en marcha de un Plan General de Empleo, a la par que González se comprometía a guardar el plan de inserción para los jóvenes en "el cajón". Los puntos a negociar quedaron, pues, reducidos a un bloque de cuatro que las centrales han tomado como mínimos "irrenunciables aunque sí negociables".

La mesa de concertación a la que acuden hoy las partes a instancia del Ejecutivo se mantiene bajo la sombra de una amenaza: la posibilidad de sacar el Plan de Empleo Juvenil (PEJ) del citado "cajón" si no se alcanza un acuerdo. Así lo indicó Rosa Conde, tras el Consejo de Ministros del pasado 3 de febrero. Mientras que UGT no daba "crédito a sus oídos", CC OO entendía que el Gobierno está "un poco nervioso".

A este respecto, el secretario general de Comisiones Obreras, Antonio Gutiérrez, declaró ayer en Zaragoza que si el Gobierno desempolva en la reunión de hoy el Plan de Empleo Juvenil "sería una provocación. Si con el PEJ el Gobierno pretende un chantaje, se llevaría una sorpresa ya que ese chantaje sería inútil y estéril, pues equivaldría a pretender desprestigiar a los sindicatios", informa Javier Oretega.

Mientras tanto, las cantidades no varían con respecto a las,que se propusieron el 31 de enero: los 344.000 millones son la oferta "definitiva" del Gobierno; de ellos, 211.000 corresponden al dinero nuevo para el ejercicio de 1989. Los sindicatos tampoco han variado posiciones: piden que esos 344.000 millones atiendan sus demandas para este año. Ambas centrales acudirán hoy con lo que Salce Elvira, miembro de la comisión negociadora de CC OO, califica de "moderado optimismo".

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