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La huelga paralizó los servicios públicos en Francia

Los franceses sufrieron ayer las repercusiones de la huelga general convocada en todo el país por siete sindicatos en los principales servicios públicos. El paro, que afectó a los transportes públicos, la enseñanza, la compañía de electricidad, el servicio postal y las oficinas de Hacienda y de la Seguridad Social, fue ampliamente seguido y constituyó una "prueba de fuerza" para el Gobierno socialista de Michel Rocard. La política de rigor económico del Gobierno empieza a despertar la oposición del propio Partido Socialista Francés (PSF).

Mientras, la Asamblea Nacional prosigue el debate de los Presupuestos del Estado, cuya aprobación no está asegurada con la mayoría relativa de que disponen los socialistas.Los sindicatos CFDT (socialista), Federación de la Educación Nacional (FEN), Force Ouvrière (F0) y los autónomos de funcionarios FGAF, CFTC y CFE-CGC, a los que se unió también la central comunista CGT, convocaron la huelga para mantener el poder adquisitivo de los salarios, que crecen en un 2% frente a una inflación prevista de al menos el 2,8%.

La huelga fue especialmente visible en los transportes públicos. Los ferrocarriles funcionaron únicamente en un 50% para los trenes de largo recorrido, mientras que sólo circuló uno de cada tres convoyes de cercanías. El metro de París funcionó en una media del 30%, con algunas líneas completamente paralizadas, y los autobuses tampoco circularon con normalidad.

La lluvia agravó además los colapsos de tráfico en la capital, provocados por el uso del transporte privado y por la manifestación que durante dos horas desfiló por las calles de París, desde la plaza de la Bastilla hasta la de la Ópera.

Según los sindicatos, la participación fue de 80.000 personas, incluidos los manifestantes que se agruparon bajo las pancartas de la CGT y que cerraron la marcha algo separados del resto.

Controladores aéreos

La unión de la central comunista al resto de los sindicatos, tras la jornada protagonizada en solitario por la CGT el pasado martes, convirtió en unitaria la movilización de ayer.El tráfico aéreo sufrió también las consecuencias de la huelga. únicamente los vuelosde largo recorrido de Air France salieron con normalidad, mientras que se anularon entre un 25% y un 307. de los de medio recorrido y hubo retrasos en las líneas interiores Air Inter, que en principio no estaban afectadas por los paros. Los controladores del aeropuerto Charles de Gaulle protagonizaron también una huelga por sorpresa.

En la enseñanza el paro fue del 70%, según la FEN y del 45% según el Ministerio; la producción eléctrica disminuyó en un 15%, sin repercusiones en el consumo privado.

El reparto del correo estuvo paralizado y las oficinas de recaudación de impuestos y de la Seguridad Social permanecieron cerradas. El Gobierno cifró en un cicatero 27% el número de funcionarios en huelga.

La protesta afectó a la Bolsa, donde la actividad fue muy escasa, Igualmente, el franco se debilitó respecto a las principales divisas. La huelga fue parcialmente seguida en el resto del país.

Las dificultades para Rocard no son solamente sindicales. El ejecutivo del Partido Socialista Francés acordó el miércoles por la noche pedir al Gobierno "un gesto" hacia los funcionarios, después de que el primer secretario, Pierre Mauroy, expresara horas antes su .solidaridad con los huelguistas" en unas declaraciones radiofónicas.

Mauroy, históricamente un moderado, aunque le tocó encabezar el Gobierno en 1981 durante la etapa del "socialismo de las nacionalizaciones", afirmó que los funcionarios no podían convertirse en el único sector que veía disminuir su poder adquisitivo. "La ambición de un Gobierno de izquierda es la de renovar la tradición de excelencia del servicio público de la nación", apostilló el dirigente socialista.

Sin dudar de que es preciso mantener el equilibrio de la economía francesa, Mauroy pidió al Gobierno que hiciera "todo lo necesario para que lo posible se haga".

Las reticencias del PS17 hacia Rocard se manifiestan también en la discusión en la Asamblea Nacional de los Presupuestos del Estado.

Dificultades

El Consejo de Ministros autorizó el miércoles al primer ministro a recurrir al artículo 49.3 de la Constitución, que obliga a la oposición a ganar una moción de censura para impedir la aprobación de una ley. La decisión ha sido adoptada ante las dificultades que se prevén para aprobar el Presupuesto.La Asamblea por la República (RPR) y la Unión por la Democracia Francesa (UDF) han anunciado ya su voto negativo. Si el Partido Comunista Francés (PCF) y los centristas adoptaran la misma actitud, el Presupuesto no podría ser aprobado sin recurrir al artículo 43. Los centristas pueden acabar optando por la abstención, pero es imprevisible el voto del PCF, que critica con dureza el Presupuesto y liga su discusión a los actuales movimientos reivindicativos.

Las prioridades del Presupuesto son, según el Gobierno, el empleo y la formación (140.000 millones de pesetas de aumento), la educación (incremento de 110.000 millones), la investigación y la cultura (40.000 millones más) y el salario mínimo de reinserción, cuya puesta en marcha representa 120.000 millones de pesetas.

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