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Pons se proclamó campeón del mundo de 250cc al quedar tercero en el Gran Premio de Brasil

Alfonso) Sito Pons (Honda) se proclamó ayer campeón del mundo de 250cc al clasificarse tercero en el Gran Premio de Brasil, última prueba del Mundial de motociclismo, disputada en el circuito de Goiania. Joan Garriga (Yamaha), su único rival para el título, acabó quinto, tras ser embestido por el alemán Martin Wimmer (Yamaha) en la primera curva y, con problemas en el tubo deescape, quedar relegado a los últimos puestos. Garriga tuvo que conformarse con el subcampeonato en una temporada en la que los pilotos españoles se han impuesto en tres de las cuatro categorías del Mundial.

Pons le ganó la partida a Garriga. El, piloto de Yamaha no pudo hacer nada para derrotar al de Honda. Un tercero, el alemán Martin Wimmer, precisa mente un piloto que corre con la misma firma que Garriga, se interpuso entre ambos y propició que Sito tuviera la carrera más plácida de la temporada.Los dos habían anunciado guerra. Sito había conseguido sorprendentemente y por decisión de los organizadores, el segundo mejor tiempo en los entrenamientos, pero Garriga no protestó, porque, al fin y al cabo, (91 estaba en quinto lugar de la parrilla de salida, es decir también. en primera línea, dispuesto a ganar, a intentar restar los seis; puntos de ventaja que le llevaba su rival. Pero en una curva, justamente la primera, se decidió la carrera, la, temporada, un mundial. Garriga iba cómodo, en sexto lugar, cuando, de pronto -según explicó él mismo-, en la frenada, sintió que la Yamaha de Martin Wimmer le tocaba la pierna y la espalda, rozó la hierba del circuito, perdió unos segundos intentando no caerse y quedó relegado al puesto número 30 sobre un total de 36 participantes.

Y Poris se marchó solo hacia el título. Ya nada debía preocuparle. Ni el calor (36 grados), ni los baches en el firme, ni el miedo a encontrarse con Garriga en una curva de aquel circuito con 40.000 personas en el que una entrada de asiento llegó a costar 16.000 pesetas.

La lucha contra reloj

Garriga quedaba lejos, luchando contra el reloj, rebasando pilotos, restando segundos en cada trozo de aquel circuito de 3.835 metros. Wimmer le había roto el tubo de escape de su Yamaha y no podía correr más deprisa. Era imposible que pudiera restar los más de 11 segundos que le llevaba Pons en la primerade las 27 vueltas. El piloto de Yamaha fue ganando puestos, limando tiempo, corriendo más rápido que Pons, pero su espectacular lucha sólo le sirvió para entrar quinto, a más de seis segundos de Sito, después de que en las dos últimas vueltas se le reventara definitivamente el tubo de escape.

Pons; ni siquiera tuvo necesidad de pelear por el triunfo en una guerra entre pilotos de Honda y Yamaha. Él siempre estuvo en un tercer plano. Primero dejó que el italiano Luca Cadalora (Yamaha) se fuera sólo y que Dominique Sarron (Honda) y Carlos Lavado (Yamaha) lucharan por atrapar al francés. Él se quedó en un tercer gruplo, junto a Loris Reggiani (Aprilia) y el alemán Reinold Roth (Honda). No tenía necesidad de arriesgar. Garriga estaba a nueve segundos, a ocho, a seis, pero ya no quedaban vueltas y, además, sabía que la Yamaha de su rival tenía problemas con el tubo de escape. Los pilotos de Yamaha, que seguían luchando por los puestos de cabeza, soñando quizá con que Garriga llegaría a tiempo para entrar vencedor, ni siquiera pudieron ganar la carrera. Cadalora, que impuso un ritmo frenético a la prueba, se cayó a mitad de recorrido y dejó el circuito libre para el triunfo de Sarron, precisamente el mismo triunfador de la carrera de la pasada temporada. Fue una buena despedida para el piloto francés, que la próxima temporada correrá en la categoría reina, la de 500 cc.

Fue también el mejor día para Sito y el peor para Garriga. El piloto de Yamaha necesitaba ganar y que Pons quedara cuarto para ser campeón. Y la realidad fue que Sito se clasificó tercero, mientras que Garriga, tras una espectacular remontada, llegó quinto, arrastrando prácticamente su moto.

Problemas de motor fueron los que impideron a Carlos Cardús (Honda) mejorar su séptimo puesto final. El piloto espaflol, aquejado de una tendinitis y con una sola moto a su disposición, se había prometido acabar entre los tres primeros.

El Gran Premio de Brasil, que finalmente fue retransmitido en directo tanto por TVE-2 como TV-3 -el canal catalán ofreció también la carrera de 500cc-, fue, ante todo, el colofón a un gran año para el motociclismo español, cuyos pilotos han ganado los títulos de tres de las cuatro categorías en disputa: Jorge Martínez Aspar consiguió el doblete en 80ce y 125cc y Pons se convirtió en el primer piloto español que gana el Mundial de 250cc. Y, además, Garriga se hizo con el subcampeonato de dos y medio y Álex Crivillé con el de 80cc.

El campeonato de 500cc fue para el estadounidense Eddie Lawson (Yamaha). Lawson, de 29 años, celebró su tercer título mundial, conseguido en el Gran Premio de Checoslovaquia, ganando también la última prueba de 500cc del campeonato de 1988, disputada sobre un total de 32 vueltas. El piloto norteamericano, que en los entrenamientos había sido superado por el australiano Wayne Gardner (Honda) -campeón del pasado año y actual subcampeón- dominó la carrera de Brasil de principio a fin, por delante del propio Gardner y del estadounidense Kevin Schwantz (Suzuki), y sumó su séptimo triunfo de la temporada.

"La carrera más larga"

Alfonso Sito Pons disfrutó dando la vuelta de honor al circuito portando una bandera española, pegada a otra con los colores de su patrocinador, Campsa. "Estoy muy satisfecho, porque después de todo lo que hemos sufrido hemos conseguido el título para nuestro país", afirmó.Para Sito, la carrera no resultó cómoda. "Me ha parecido la más larga de mi vida, nunca veía el final. No ha sido fácil, pero también es cierto que cuando he visto que Garriga se quedaba me he relajado un poco".

Joan Garriga, por contra, estaba enfadado: "Es que me he asustado mucho cuando Wimmer me ha empujado por detrás en la primera vuelta. Me ha tocado y, encima, me ha roto el tubo de escape con la colisión. Y, claro, no he podido alcanzar a Sito. Estoy seguro de que si no llega a ser por ese accidente habría ganado la prueba y, seguramente, el Mundial, porque en los tres puestos de cabeza podíamos habernos encontrado tres Yamaha [la suya, la del venezolano Carlos Lavado y la del italiano Luca Cadalora], y me habrían dejado pasar para llevarme el triunfo. Una lástima".

Wimmer dijo no tener ninguna culpa en la colisión con Garriga: "La culpa ha sido de Lavado, que se me ha tirado encima, y entonces yo he tocado a Juan".

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