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Tribuna
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'Cese el fuego 88'

Hoy se cumple el 25º aniversario del tratado de limitación de pruebas nucleares que prohibe los ensayos atómicos, con excepción de los que se realizan bajo tierra. En opinión de los autores de este artículo, urge acabar también con esas explosiones subterráneas, si se quiere seguir avanzado en el camino del desarme.

El tratado de limitación de pruebas nucleares, firmado un 5 de agosto hace ahora 25 años, supuso una gran esperanza dentro de un mundo lleno de desconfianza e inmerso en la guerra fría y en el miedo al conflicto nuclear. Todavía hoy ese mundo, aún lleno de desconfianza y amenazado por más de 60.000 armas nucleares, espera con impaciencia el cumplimiento de aquella promesa.El tratado, firmado en 1963, prohibía todo tipo de pruebas nucleares, excepto las que se realizasen bajo la superficie de la Tierra; desde entonces se han producido cientos de explosiones nucleares subterráneas, que han permitido el desarrollo de arsenales nucleares cada vez más avanzados y devastadores. Creemos que sólo una prohibición absoluta de los ensayos nucleares puede ayudar a curar la enfermedad nuclear que amenaza al planeta.

Los beneficios de esta prohibición son claros. Se podría retrasar sustancialmente, e incluso detener, el avance de las innovaciones tecnológicas que hacen a las armas nucleares cada vez más peligrosas y menos controlables; por otra parte, el rápido desarrollo tecnológico de las armas nucleares ha rebasado constantemente el lento y costoso avance en las negociaciones para el control de armamento. La verificación del cumplimiento de la prohibición de ensayos nucleares puede llevarse a cabo con facilidad.

Ahora tenemos a nuestro alcance dar un paso de gigante en este proceso. El secretario general del partido Comunista de la Unión Soviética, Mijail Gorbachov, nos ha manifestado personalmente su disposición a establecer una nueva moratoria nuclear en el mismo momento en que Estados Unidos detenga también sus pruebas nucleares. Hay que recordar que la Unión Soviética mantuvo entre 1985 y 1986 una moratoria unilateral durante .18 meses, a pesar de que en Estados Unidos se realizaban más de dos docenas de explosiones nucleares durante ese periodo de tiempo.

Despilfarro

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Desde que terminó la moratoria unilateral de la Unión Soviética, en febrero de 1987, ha habido al menos 46 explosiones subterráneas en la URSS, EE UU y Francia; cada una de ellas representa una escalada en la carrera de armamentos y un despilfarro de entre 25 y 75 millones de dólares, que de otra forma podrían destinarse a paliar los importantes problemas y deficiencias sanitarias existentes en todo el mundo.

Si no se consigue una moratoria para todo tipo de ensayos nucleares, es dificil esperar el éxito del proceso de control de armamentos iniciado tras la firma del tratado INF.

¿Qué están haciendo los médicos para conseguir que la prohibición total de pruebas nucleares sea una realidad? En los últimos seis meses, médicos de 61 países pertenecientes a la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra,Nuclear (IPPNW), galardonada con el premio Nobel de la Paz en 1985, han iniciado la campaña Cese el fuego 88, cuyo objetivo es la consecución de la prohibición total de ensayos nucleares. Independientemente del lugar donde ocurra, cada prueba nuclear es denunciada por los médicos de la IPPNW: se solicitan entrevistas al embajador del país que realiza el ensayo, se envían cartas de protesta.... La IPPNW, junto a docenas de organizaciones diferentes, ha creado una coalición internacional para la prohibición de ensayos nucleares, de forma que la voz colectiva de millones de personas pueda ser oída en cada caso por los responsables de los gatillos nucleares.

Hacemos un llamamiento a todos los médicos y ciudadanos españoles para que se unan a la IPPNW en su campaña de Cese el fuego 88. Nuestro futuro depende de la acción, no de la resignación, y cada explosión nuclear, ocurra donde ocurra, debe ser contestada con una protesta masiva que confirme nuestro compromiso con la vida.

son copresidentes de la Asociación Internacional de Médicos para la Prevención de la Guerra Nuclear (IPPNW).

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