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La 'transistroika'

Cuando el general Emiliano Zapata se enteró del triunfo bolchevique dictó a su secretario el profesor Otilio Montaño una carta de felicitación. Zapata ordenó a uno de sus subalternos que entregara a Lenin, en propia mano, la misiva con el saludo de los revolucionarios mexicanos. La historia, convertida en leyenda, cuenta que el oficial zapatista partió a caballo desde Cuautla, estado de Morelos, con destino a Moscú. Nunca se supo si el campesino morelense cumplió la difícil misión. Se sabe que la revolución de Octubre tuvo gran influencia sobre los insurgentes mexicanos, que siguieron con atención los acontecimientos que se producían en aquellas lejanas tierras.La historia ha querido que vuelvan a coincidir los tiempos del cambio para estos pueblos que protagonizaron al comenzar el siglo movimientos revolucionarios que dieron origen a dos de los Estados burocráticos más sólidos de la historia reciente, uno capitalista y el otro comunista, cuya renovación y transformación eran impensables hasta hace muy poco tiempo. En la URSS se ha puesto en marcha la perestroika y en México se vive una revolución electoral que la ironía popular denomina la transistoika.

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No es extraño que la palabra perestroika esté de moda en México. Tras seis décadas de inmovilismo, los mexicanos acudieron masivamente a las urnas y convirtieron al movimiento que encabeza Cuauhtémoc Cárdenas en la segunda fuerza de la oposición. La fuerza del FDN no es separable de la imagen de su dirigente. En México, hoy, llamarse Cuauhtémoc, nombre del último jefe azteca, y apellidarse Cárdenas, significa hacer coincidir dos leyendas de libertad.

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