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Una cooperativa fantasma estafa a agricultores de Burdeos y a la CE

Una cooperativa vitivinícola inexistente creada por una banda de expertos falsificadores en España ha estado a punto de estafar más de 400 millones de pesetas agricultores franceses y a la propia Comunidad Europea (CE). Cuando los afectados se dieron cuenta del engaño, la banda se había apropiado ya de 28 millones de pesetas, y el principal cerebro de la operación, el francés Alain Veille, había escapado del control de la policía. Los inspectores del grupo de estafas de la Brigada Regional de Policía Judicial (BRPJ) de Barcelona reconocen en un informe que el desconocimiento empresarial español tras la reciente incorporación a la CE ha sido fundamental para la ejecución de esta estafa.El delito consistía en la falsificación de transfers y documentación oficial relativa a la regulación de los excedentes de vinos por parte de la CE. El artículo 41 del reglamento número 337/79 (le la Comunidad señala que los excedentes de vino de una determinada región deben ser destilados en alcohol, aunque se permite que un viticultor recurra a otro dentro de la CE para justificar la cantidad que debe declarar.

Amparándose en esta normativa, la banda de estafadores conectó con una empresa legal española, la International Textile Hispano Suiza, SA, y le ofreció la posibilidad de ser pioneros en este negocio. Ellos se encargarían de comprar vino español para los franceses, que ellos mismos después destilarían. De esta manera, los viticultores galos aportarían vino español en lugar del francés para su cuota a la CE, lo que les resultaría mucho más barato.

Dos detenidos

Alain Veille y otra persona de su grupo de estafadores, que ha actuado en España con el nombre falso de Fernand Lecomte, buscaron a los viticultores franceses, todos ellos de la zona de Burdeos, y montaron una cooperativa inexistente en La Horra (Burgos). Esta empresa, dirigida por Francisco Arbó y Juan Bonmatí -que han sido los dos únicos detenidos-, era la tapadera de todo el fraude.

Así, mientras la empresa Hispano Suiza, la propia Comunidad Europea y los viticultores franceses creían que verdaderamente existía una compra de vino español y la destilación consiguiente en una alcoholera autorizada por la CE, la realidad es que todo este proceso ni siquiera se realizaba y lo único que había era papel falsificado.

Los estafadores cobraban a Hispano Suiza la compra de un vino inexistente más los gastos de gestión, mientras éstos se encargaban involuntariamente de engañar a los viticultores franceses cobrando el precio pactado por contrato.

Cuando el fraude fue descubierto, los dos principales cerebros de la operación se habían escapado ya. Un informe policial dice que Alain Veille "pertenece a. un grupo de estafadores que se mueve por diversos países y sus hechos ilegales representan la movilización de muchos millones de pesetas".

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