El Auditorio
El comienzo de la puesta en marcha y funcionamiento del nuevo Auditorio Nacional se ha adelantado a su propia inauguración y ha quedado señalado en la historia por una enorme, múltiple y descomunal cola. Habría que calcular el coste económico que la paralización laboral derivada de este magno evento produjo en la economía nacional. Felicito a Rosana Torres por el estupendo reportaje en el que ha dado cuenta de este lamentable hecho (EL PAÍS, 1-6-88).La propaganda anuncia "un sistema con el que todos tienen las mismas posibilidades" para conseguir un abono... ¿Cuántos trabajadores tienen dinero para comprarse un abono que puede, costar hasta 27.000 pesetas? ¿Cuántos pueden abandonar su puesto de trabajo durante toda una jornada para perder el tiempo haciendo una enorme cola? ¿Cuántos pueden sumar a sus múltiples desplazamientos semanales uno adicional para trasladarse a escuchar conciertos a la zona norte de Madrid? ¿Cuántos españoles tienen una mínima formación musical?
Para no parecer excesivamente derrotista, sugiero al seflor ministro de propaganda, colas y festejos que suprima los abonos o que los adjudique por medio de algún concurso televisivo. Actualmente hay en la televisión 18 espacios semanales dedicados a estos lindos entretenimientos. En vez de tener que hacer una enfadosa, humillante y triste cola, los aspirantes podrían competir depórtivamente tirándose huevos y tartas de nata los unos a los otros, para diversión y solaz de la audiencia nacional.-
