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RELIGIÓN

El Papa recibirá al obispo Casaldáliga, que durante 17 años se ha negado a ir a Roma

Francesc Valls

Pedro Casaldáliga, obispo de Sâo Félix (Brasil), llegará la próxima semana a Roma, tras ser requerido en diversas ocasiones por el Vaticano a realizar esta visita al Papa. Desde que fue consagrado, hace casi 17 años, este prelado nacido en Balsareny (Barcelona) se había opuesto a hacer este viaje, que según el derecho canónico debe realizarse cada quinquenio. Casaldáliga ha luchado por lo que denomina "nuevos moldes" de la Iglesia y es uno de los grandes defensores de la teología de la liberación.

Este prelado catalán se ha caracterizado por sus ideas contrarias a la existencia de nunciaturas, críticas contra la curia, en favor de la mujer y del celibato opcional, y partidarias de la opción por los pobres, que le han llevado a abiertos enfrentamientos, no sólo con las esferas políticas sino con las eclesiásticas. Casaldáliga ha sido amenazado, incluso, con la expulsión de Brasil.El obispo de Sao Félix llegó en 1968 a aquel país latinoamericano. Desde entonces sólo abandonó Brasil para visitar Nicaragua en 1986, con motivo del ayuno profético por la paz que realizaba entonces el sacerdote y ministro de Asuntos Exteriores del gobierno sandinísta, Miguel D'Escoto. Su actuación ya motivó entonces correspondencia con la Santa Sede y el prefecto de la Congregación de los Obispos, cardenal Gantin. Esas dos cartas de Gantin, así como una tercera de la nunciatura enBrasil, urgían la visita ad limina al Papa y censuraban el viaje de Casaldáliga a América Central."Yo no fui nunca a la visita ad limina, como sabéis, no por falta de dinero, como alguien me hizo decir (Lo único que no le falta a la Iglesia es dinero!). Quería también ayudar a encontrar nuevos moldes", manifestó hace dos años el obispo de Sao Felix. Envió entonces una carta a Juan Pablo 11 que el Papa recibió con comprensión e incluso llegó a afirmar tras la lectura, que Casaldáliga era un "obispo singular".

La singularidad de este prelado catalán, claretiano, le ha llevado a no utilizar ni anillo, ni mitra, ni báculo. Se ha caracterizado por su defensa de indígenas y pobladores de la región de Sao Félix, en pleno Mato Grosso, con riesgo de su propia vida. Su expulsión de Brasil, bajo la dictadura militar, estuvo sobre la mesa del presidente de la república, Ernesto Geisel. La prelatura de Sao Félix fue sitiada en cuatro ocasiones por unidades del ejército y la policía. Uno de los sacerdotes de Casaldáliga, el jesuíta francés Juan Bosco Penido Brunier, fue asesinado ante el obispo y en el interior de unas dependencias policiales, cuando ambos se interesaban por unos detenidos, a mediados de los años setenta.

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