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Kitin Muñoz Valcárcel

Un español, en busca de los viejos navegantes

A las puertas del siglo XXI y con todos los recursos de una gran vitalidad, del entusiasmo por las experiencias más allá de las habituales y las ganas de probar que "los incas condujeron a los españoles a la Polinesia" porque ya venían haciendo estas rutas desde mucho antes, Kitin Muñoz Valcárcel, un joven explorador español, volverá a revivir las viejas gestas oceánicas de los grandes viajes desde la playa peruana de Paracas, en mayo próximo.

Con 29 años metidos en un cuerpo grande y fuerte, Kitin Muñoz Valcárcel está empeñado hoy en una empresa inédita en los anales de la navegación moderna que seguramente sacará del recuerdo el Sáhara español que lo vio nacer, varias distancias cruzadas por él años atrás en ultraligero o en tabla y las antiguas tradiciones marineras inca y española representadas ahora en la expedición Ur que dirige.Los preparativos para esta travesía no tienen nada que ver con las modernas tecnologías. Hoy, en la costa de Punta Negra, al sur del Perú, y más exactamente en la playa de El Revés, el febril trajinar de los constructores de la nave se remonta a la época precolombina, mientras aparece sobre la arena un navío de 20 metros de largo por cuatro de ancho, íntegramente construido en juncos del lago Titicaca, más conoci dos como totora.

Ésta será la primera vez, en épocas recientes, que se construya una nave en totora para un viaje que una América con Nueva Zelanda. El más conocido de los exploradores modernos, el noruego Thor Heyerdahl, utilizó en sus viajes embarcaciones de papiro. Precisamente, Thor ha venido ahora hasta Perú para conocer a Kitin, y también a reencontrar a Paulino Esteban, un indígena boliviano de la tribu aymará que construyó para el nórdico el Ra II en 1970 y que, con un equipo de ocho indígenas más está tejiendo el Ur con toda la técnica que heredaron de sus antepasados.

La gimnasia exploradora de Kitin para este viaje no sólo son sus récords personales del pasado, sino múltiples lecturas sobre navegantes y viajes que han resultado en la expedición Ur (nombre dado por los polinesios a los primeros hombres blancos), apoyada por el aula cultural de la aseguradora Mare Nóstrum y la colaboración de Iberia, que terminará en un documental de tres horas para Televisión Española y en un libro de Plaza y Janés, si bien Japón también está interesado en el vídeo.

Mientras los 2.500 haces de totora van dándole cuerpo al Ur, el grupo expedicionario va armándose también. Ya se encuentra aquí el biólogo marino y camarógrafo madrileño Pepe de Miguel, integrante del grupo de ocho hombres encabezado por Kitin que a lo largo de cinco meses revivirá las distancias oceánicas que hacían los antiguos navegantes.

El plan del Ur es incluir a cinco exploradores españoles y a otros tres de nacionalidades diferentes, que según Kitin deben ser amantes de la naturaleza, uno de ellos un excelente navegante, que tengan menos de 35 años y el espíritu abierto de los exploradores.

La travesía que cumplirá el Ur tocará, también por primera vez en este tipo de viajes, la isla de Pascua, y luego las islas de Polinesia hasta Nueva Zelanda. Además de los víveres, el agua y los hombres, irá una pequeña iguana, la mascota de esta aventura, que fue comprada por De Miguel en una calle de Lima.

Por ahora, el lanzamiento mundial de la expedición se hará en Madrid a finales de este mes con un amplio temario ya preparado por Kitin: los primeros exploradores, las naves de tallos permeables, los barcos de tallos del Pacífico, el paralelismo entre las, civilizaciones preincaica, pascuense y maorí, los viajes de los incas a la Polinesia, la construcción del Ur, la cronología de la expedición y sus integrantes.

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