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LA CONSTRUCCIÓN DE EUROPA

Satisfaccion española por el acuerdo

El presidente del Gobierno español, Felipe González, calificó en la madrugada de ayer de "positivo" para el país el acuerdo logrado minutos antes por los líderes de los 12 Estados miembros de la Comunidad Europea (CE). Especial importancia asignó González en la conferencia de prensa que ofreció tras el término de la cumbre a los avances que obtuvo España en los capítulos de recursos propios, fondos estructurales y participación en los gastos agrícolas de la Comunidad.

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El aumento de los recursos, siguiendo el 'plan Delors'

El aumento de los fondos estructurales para ayudar a las regiones más pobres, de 7.400 millones de ECU (1,03 billones de pesetas) a 7.800 millones de ECU (1,09 billones de pesetas) este mismo año, y su progresivo crecimiento hasta duplicar las cifras actuales en 1993 -no 1992, como predicaba España-, es un factor de particular satisfacción para nuestro país, dijeron ayer fuentes de la delegación española.Igualmente, España se beneficia en un 30% de la reducción de financiación de excedentes agrícolas almacenados y de una reducción de alrededor de un tercio en el pago del cheque británico.

Por otra parte, el desarrollo de la Política Agrícola Común "puede ser el principal capítulo para España en los próximos años", según González. El cuarto gran tema en litigio, los recursos propios de la Comunidad Europea, se saldó con una fórmula calificada como "de cierta proporcionalidad progresiva", lo que hará que España contribuya en menor medida.

Al realizar este análisis apresurado, Felipe González se presentaba tácitamente a sí mismo como uno de los vencedores materiales de esta decisiva reunión del Consejo Europeo. Pero el propio presidente del Gobierno español reconoció que "harán falta días" para hacer el cálculo definitivo de lo que supondrán, de aquí a 1992, los acuerdos de Bruselas, reconociendo así implícitamente las prisas por llegar a un pacto.

Felicitaciones

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España acudió a la reunión extraordinaria del Consejo Europeo en Bruselas, que acabó en la madrugada del sábado con un acuerdo suspendido, acusada de maximalista e intransigente. La dureza de los planteamientos españoles, sobre todo en materia de fondos estructurales, había, para colmo, dejado en solitario a nuestro país, al aceptaren principio los otros Estados pobres de la Comunidad soluciones que, para ellos, significaban en la práctica la duplicación de los fondos de ayuda, mientras que para España suponían dejar a varias regiones fuera de los beneficios comunitarios.

Las tesis de Felipe González proclamaban un reparto solidario de los fondos, rechazando su concentración exclusivamente en los cuatro países más pobres de la CE.

Pero al concluir la reunión, más de un jefe de Gobierno europeo se aproximó a felicitar a González por el mantenimiento de sus posiciones. El propio primer ministro holandés, Ruud Lubbers, cuyas tesis, junto con las británicas, podrían considerarse opuestas a las españolas en el capítulo (clave para nuestro país) de los fondos, confesó a un alto funcionario español que España había sido "el único país serio de la Comunidad".

Fue el propio Lubbers quien con más entusiasmo apoyó una iniciativa de González cuando, entrada ya la noche del viernes, la cumbre de la CE parecía irse a pique por los rechazos de británicos y holandeses, primero, y franceses después, a la propuesta alemana de compromiso; esta iniciativa consistió en solicitar la suspensión de la reunión durante un minuto "para reflexionar sobre lo que nos estamos jugando". La sesión quedó suspendida durante siete minutos, y luego las cosas dieron un giro radical, que acabaría en acuerdo de madrugada, considerado definitivo para el futuro inmediato de la construcción de la Europa unida.

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