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Alfonso Milans del Bosch, juzgado por el asalto 'ultra' a un bar de Valladolid

Alfonso Milans del Bosch y Jordán de Urríes, de 23 años, sobrino del ex teniente general Jaime Milans del Bosch, fue juzgado ayer bajo la acusación de asesinato frustrado por el asalto ultraderechista al bar El Largo Adiós, de Valladolid, el 6 de enero de 1981, unas semanas antes de la intentona golpista del 23-F, por la que su tío cumple condena. La acusación particular pidió para el procesado más de 39 años de cárcel; el fiscal, cuatro años y medio, y el abogado defensor, cuatro meses de arresto.

El juicio se celebró en la Audiencia Nacional, que ya ha condenado por los mismos hechos a otros participantes. El Tribunal Supremo confirmó las condenas, pero cambió la calificación de homicidio realizada por la Audiencia Nacional por la de asesinato frustrado, si bien atenuó las penas para dos de los condenados, por ser menores de edad al ocurrir los hechos.Esta decisión del Supremo obligó al fiscal a modificar ayer sus conclusiones y calificar el principal delito de que se acusa a Alfonso Milans del Bosch como asesinato frustrado, por el que pidió cuatro años y dos meses de cárcel. La acusación particular, representada por el abogado Luis María Figueroa, mantuvo la misma calificación, pero solicitó por ese delito 17 años y cuatro meses de privación de libertad. Por su parte, el abogado defensor del procesado, Antonio Muñoz Perea, yerno del ex presidente de Fuerza Nueva Blas Piñar, calificó los hechos como lesiones y pidió un mes y un día, o alternativamente, tres meses de arresto.

En su declaración ante el tribunal, Alfonso Milans del Bosch calificó con la palabra "acción" el atentado como consecuencia del cual el abogado Jorge Simón Escribano, de 33 años, recibió dos disparos, en la cabeza y en la columna vertebral, por los que todavía padece parálisis parcial en la pierna derecha, entre otras secuelas. El procesado admitió que los participantes en el asalto trataron de dar "un escarmiento" y "un pequeño susto" a los supuestos drogadictos y otras personas de ideología izquierdista que se reunían en el bar El Largo Adiós.

Tanto Milans del Bosch como los condenados por los mismos hechos, que comparecieron ayer como testigos, negaron que el procesado hubiera dirigido el atentado y disminuyeron el alcance previsible del mismo. Sin embargo, uno de los condenados, Luis Alfonso Esteban Rebollo, a instancias de la acusación particular, reconoció su firma al pie de anteriores declaraciones judiciales en las que manifestó que fue Alfonso Milans del Bosch quien propuso "una acción de represalia contra grupos de extrema izquierda".

En todo caso, este testigo reconoció que el grupo, antes de realizar el atentado, estuvo hablando "de la situación política y social de España en aquellas fechas, nos fuimos calentando poco a poco", dijo, "y decidimos hacer un acto de protesta". Asimismo, reconoció que el procesado vio la pistola, si bien negó, a pregunta del abogado defensor, que fuera Milans del Bosch quien diera la orden de disparar. Tampoco supo precisar cuándo lanzó el procesado contra el bar la botella con gasolina.

En su extenso informe a la sala, el abogado de la acusación resaltó el papel de Alfonso Milans del Bosch como instigador del "golpe de fuerza o acto de represalia" realizado, al que enmarcó en la fecha en que se produjo, unas semanas antes de la intentona golpista del 23 de febrero de 1981.

Falsedad en la Legión

A preguntas de este letrado, Alfonso Milans del Bosch explicó que, tras el asalto, estuvo huido seis meses y en septiembre de 1981 se alistó en la Legión, como "Alfonso Martínez Bravo", donde no se le pidió la acreditación de su identidad. Reconoció que dijo que había nacido "el 23 de febrero de 1963", en lugar del 18 de marzo del mismo año, y que reveló a sus superiores su verdadera identidad el 14 de abril de 1986.Figueroa hizo notar la utilización por el procesado de estas fechas históricas y recordó que el oficio remitido a las autoridades militares por falsificación de documento público y uso indebido de tarjeta militar de identidad no ha dado origen, que se sepa, a ninguna diligencia judicial o disciplinaria. Reprochó a la sala que no hubiera actuado ante el conocimiento de la existencia de estos delitos y solicitó formalmente que se dedujera testimonio por la posible responsabilidad penal del comandante Alfonso Beneito Abellán, quien al parecer conocía la identidad de¡ procesado desde 1985 y no la comunicó a la autoridad judicial competente.

Igualmente, el letrado denunció la permanencia actual de Alfonso Milans del Bosch en la prisión militar de Alcalá de Henares, por decisión militar, en contra de lo acordado por la sala, a la que recordó que el procesado debe pasar a una cárcel ordinaria. El presidente del tribunal, Alfonso Villagómez, puntualizó que la sala ordenó la inmediata detención del procesado cuando supo que había sido hallado.

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